Ciudadanos

Absuelven a un ghanés acusado de agredir sexualmente a su exnovia

La Audiencia considera que la versión de la joven se contradice con la de un testigo, que vio al acusado «tranquilo» cuando ella pedía ayuda

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Sección Tercera de la Audiencia ha absuelto a Abdul R. M. N, un ciudadano ghanés de 28 años, vecino de Jerez, del delito de agresión sexual que se le imputaba, y sugiere que hay dudas suficientes de que la agresión pudo ser inventada por la 'víctima'.

La Fiscalía pedía para el joven siete años de prisión y le acusaba de haber abusado de su exnovia, de origen español, después de una breve relación sentimental en octubre de 2010. La joven, que se personó en la causa como acusación, pedía para Abdul nueve años y nueve meses de prisión, pues según ella, la agresión se produjo a punta de navaja. Según la versión de la joven en el juicio, su exnovio se subió en su coche en una calle jerezana y «sacó una navajita marrón». «Me dijo que me subiera la camiseta, le dije que no, me la arrancó y empezó a toquetearme; me dijo que fuéramos a mi casa», narró la joven ante el tribunal de la Audiencia.

«Mentira, no sabe nada; yo salí de la mezquita, todo el mundo vio. La vi, la saludé y nada más», respondió Abdul, también en la vista oral, para refutar a las duras acusaciones que recibía. En el juicio también declaró un testigo de los hechos, que a la postre sería fundamental: el encargado de un bar en el que la joven entró pidiendo ayuda, mientras Abdul la esperaba «tan tranquilo» en la puerta, «hablando por teléfono y riéndose», según recordó el hostelero. La mujer le pidió entrar en el baño y, cuando éste le dijo que tuviera cuidado, le relató la agresión y utilizó el teléfono del local para llamar a la que entonces era su pareja y a la Policía, que detuvo al joven ghanés.

«No es normal su actitud»

En la sentencia, en cambio, el tribunal considera que la versión de la víctima no tiene la suficiente «contundencia» como para considerarla una prueba suficiente, y en cambio destaca la «chocante actitud» del acusado, en referencia al estado de «tranquilidad» que había notado el camarero en él. «No es esta la actitud normal de una persona que acaba de agredir a una mujer con una navaja», expresa la sentencia, en la que también se tacha de anormal «que se quede fuera del bar tan tranquilo después de que el encargado le diga que ha llamado a la policía». El camarero tampoco vio que la joven tuviera la ropa rota, lo cual también ha planteado dudas al tribunal, que sospecha que pudo ser la joven la que la desgarró antes de ir al hospital.

Los magistrados también relatan una escena sospechosa relatada por una compañera de trabajo de la denunciante. Según contó, el mismo día de la supuesta agresión la joven les enseñó a ella y a una amiga la navaja y les pidió que no la tocaran y la metieran en un papel.