La Isla ya mira de reojo al mar

Es una frase casi hecha utilizada tanto por vecinos como por políticos: «San Fernando es una ciudad que vive de espaldas al mar». Un caso curioso al tratarse de una isla pero cierto, ya que la ciudad apenas ha explotado sus capacidades para el desarrollo del turismo vinculado al mar, así como para el desarrollo de actividades y deportes acuáticos.

Al menos ahora ya mira de reojo con el pilotaje del nuevo club náutico de la Casería. Una vez que finalicen las obras, que aunque no tienen fecha se espera que sea en breve, se sumarán 200 nuevos amarres a una ciudad que ya cuenta con 300 del club Puente de Hierro y 300 de Gallineras. Pero es este último el que espera convertirse en una instalación referente. Actualmente la entidad está a la espera del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para la construcción de una sede en condiciones, además de seguir atenta a que se concrete la promesa de la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA) de ampliar los amarres a un millar.

Los proyectos están sobre la mesa a la espera de que tanto los impedimentos administrativos como la búsqueda de financiación se resuelvan de una vez por todas. La demanda de amarres es muy elevada en la ciudad e incluso a pesar de contar prácticamente con tres clubes náuticos hay pretensión de construir otro en la zona del Zaporito, claro que este se dilatará en el tiempo. Aún así la ciudad comienza a contar con una importante oferta de atraque de embarcaciones de cara al turismo.

Y de los equipamientos al desarrollo de actividades, ya que en el caso del náutico de la Casería sus instalaciones también servirán para acoger a la escuela municipal de vela. Una actividad que pretende recuperar la relación de la ciudad con el mar a partir de su explotación.

En este sentido también hay que destacar la actividad de entidades como la de San Fernando Kayak con sus rutas en piragua por el caño de Sancti Petri y la salida de embarcaciones y rutas para conocer el patrimonio de la ciudad, como es el caso del castillo de Sancti Petri o el puente Zuazo. Esta oferta se completará con el parque de la Historia y el Mar, a la espera de encontrar la fórmula de que sea rentable.