Zapatero, el lunes, en Marivent. :: BALLESTEROS / EFE
Economia

Zapatero achaca la situación a las dudas sobre EE UU y pide tranquilidad

El presidente traslada a todas las fuerzas políticas que «toca esperar y ver» antes de tomar decisiones aceleradas

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

José Luis Rodríguez Zapatero retrasó ayer el inicio de sus vacaciones a Doñana para seguir de cerca la situación de los mercados, pero no tiene intención de tomar ninguna medida extraordinaria. El Gobierno sostiene que la última escalada de la prima de riesgo es achacable a la falta de credibilidad en el acuerdo alcanzado en Estados Unidos para evitar la suspensión de pagos, a los problemas «serios» de Grecia, Irlanda y Portugal, y a la habitual volatilidad de las bolsas en agosto. Nada más. «No hay que dejarse llevar por el pánico», defendieron fuentes de la Moncloa.

Ese mismo mensaje, el de que toca mantener la calma, tomar algo de «perspectiva» y sacudirse la tentación de adoptar decisiones apresuradas, fue repetido por el propio jefe del Ejecutivo a los representantes de las principales fuerzas políticas del país a través de una serie de conversaciones telefónicas que se sucedieron durante todo el día.

El primero en recibir la llamada de Zapatero fue el líder de la oposición, Mariano Rajoy, que se encuentra ya de vacaciones en Sanxenxo (Pontevedra), pero el presidente también telefoneó al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y, por la tarde, a los portavoces de todos los grupos con presentación parlamentaria.

En principio, el Gobierno descarta también convocar gabinetes de crisis o reuniones como la que anunció ya el lunes el primer ministro Silvio Berlusconi para intentar tranquilizar a los mercados. El mandatario italiano comparecerá hoy ante la Cámara de los Diputados y el Senado para informar sobre la situación y, mañana, celebrará un encuentro con sindicatos y patronal a fin de estudiar respuestas posibles. Eso, después de haber aprobado ya, el pasado 1 de julio, un recorte del gasto de 79.000 millones de euros para los próximos cuatro años.

En la Moncloa insisten en que la posición de Italia es distinta a la de España (su deuda pública es del 120% del PIB frente a la española, que ronda el 60%), recuerdan que el Gobierno ya ha tomado medidas que le «han supuesto el coste que han supuesto» y se aferran, sobre todo, a que Bruselas no considera necesario que se tomen iniciativas de ajuste adicionales.

No se esperan, tampoco, encuentros entre los líderes europeos. Zapatero, que permaneció todo el día en contacto con la vicepresidenta primera, Elena Salgado, habló antes de la hora del almuerzo con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Y, según fuentes gubernamentales, el equipo económico del Ejecutivo cruzó sus análisis con los de los responsables en la materia de los principales países de la zona euro, especialmente, de Alemania, Francia e Italia. Pero todos coinciden, o eso se asegura desde Madrid, en que hay «esperar y ver».

Descanso estival

Aún no han pasado ni dos semanas desde que el Eurogrupo acordó su plan para el segundo rescate a Grecia; un acuerdo que el Gobierno calificó de enormemente positivo y que estaba llamado a «frenar cualquier tipo de contagio» del país heleno a otras economías de la zona euro. Ahora, este nuevo repunte del interés que España e Italia deben pagar por su deuda ha cogido a la mitad de los dirigentes de la UE de vacaciones.

Zapatero trasladó a Barroso la necesidad de «agilizar la aplicación de las medidas acordadas» en aquel encuentro, pero él mismo mantiene vivos sus planes para el estío. Sus colaboradores remarcan que, en todo caso, se desplazará a Madrid algún día de esta semana para mantener reuniónes de trabajo y estará puntualmente informado

Tampoco Rajoy consideró oportuno romper su descanso. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, se limitó a atribuir el castigo de los mercados a que el período electoral es «extremadamente largo» y el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, a subrayar que con este coste de la deuda se perderán «muchos más puestos de trabajo de los que un Gobierno socialista es capaz de crear».