Filipinas consume anualmente 160 millones de brandy. :: E. LINDBERG
Jerez

El brandy de Jerez le gana la batalla a Filipinas

Un informe de la OMC dictamina que el archipiélago ha «discriminado» con su sistema fiscal a las bebidas de importaciónEste mercado es el segundo más importante, tras España

JEREZ. Actualizado: Guardar
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El litigio mantenido con Filipinas era el principal quebradero de cabeza del Consejo Regulador del Brandy, que ha sido testigo casi impotente de la escalada de posiciones de los productos locales del archipiélago durante los últimos años en detrimento de las bebidas espirituosas de importación. Un hecho de importantes consecuencias, si se tiene en cuenta que el mercado filipino de brandy es el segundo a nivel mundial, después de España.

El caso es que ahora el panorama gris que se iba cerniendo poco a poco sobre una de las bebidas jerezanas por excelencia ha experimentado un vuelco significativo con la filtración de un informe confidencial del panel legal de la Organización Mundial del Comercio, en el que se advierte de la ilegalidad del sistema fiscal del país insular sobre las bebidas alcohólicas.

Así lo contó ayer el presidente del Consejo Regulador del Brandy, Evaristo Babé, que compareció ante los medios para adelantar el grueso de un informe que será publicado de manera oficial el próximo mes de agosto. «Todas las filtraciones del panel nos han dado la razón -se vanaglorió-. La Unión Europea ha apoyado la batalla contra la discriminación fiscal en Filipinas de los productos de Estados Unidos y de Europa, junto con las organizaciones americanas. Con ellos hemos presentado nuestras reclamaciones y ahora la OMC ha establecido que existe discriminación en productos como el whisky Jack Daniels o el brandy de Jerez, para favorecer al mercado nacional».

Un impuesto 40 veces mayor

En concreto, aseguran que el Gobierno filipino ha establecido un impuesto para el brandy extranjero que supera hasta en 40 veces al del brandy local. Actualmente, esta bebida espirituosa es la más demanda en el país y está a la cabeza en las importaciones, pero el sistema fiscal tan permisivo para los productos nacionales en perjuicio de la libre competencia le está comiendo el terreno.

Como recordó César Saldaña, director general de los consejos reguladores, el impuesto filipino comenzó a dañar el sector en 1997, aunque fue a partir de 2005 cuando se crearon las categorías «que discriminan». «Es complicado porque todos los locales están en el primer nivel, de presión fiscal muy baja, y sin embargo algunos de nuestros brandies están en el tercer y cuarto nivel».

No obstante, con este espaldarazo de la OMC el sector confía en que las medidas «ilegales» desaparezcan y el destilado jerezano pueda ocupar el lugar que merece. «Hay escepticismo en cuanto a que Filipinas aplique la recomendación de la Organización Mundial del Comercio -reconoció Babé-. Pero nosotros estamos convencidos de que la sociedad filipina demanda una modernización y ello nos ayudará. Tenemos un canal privilegiado con el embajador, Jorge Domecq, y además ellos se quieren unir a la comunidad internacional, por lo que somos optimistas».

Como apuntó, el brandy de Jerez vende ocho millones de botellas al año en el archipiélago, dentro de un mercado total que asciende a 160 millones. Una cuota del 5% que, sin la fiscalidad en contra, podría alcanzar importantes niveles que colocarían al sector en la posición privilegiada que ha ostentado.