PAN Y CIRCO

UN CANALLA EN MOTO

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

MMarco Simoncelli debería estar este fin de semana en el salón de su domicilio viendo la carrera de MotoGP. Allí tendría que quedarse unos cuantos meses hasta que al muchacho se le quiten esas irrefrenables ganas de ir haciendo el cafre por los circuitos del Mundial. El señor Carmelo Ezpela -el llamado Ecclestone de las motos- ya tiene algo más en lo que pensar que en ir haciendo caja por medio mundo y no estaría mal que comenzara a atar muy corto al colega de Rossi antes de que acabe provocando una desgracia de consecuencias físicas fatales.

Héctor Barberá fue el primero que sufrió en sus carnes cómo se las gasta el chico del pelo imposible en una maniobra que cada vez que la miras con detenimiento en 'Youtube' te tienes que echar a temblar temiéndote lo peor. Ese día ya hubo que haber puesto firme a Simoncelli, pero como el nene -además de ser un canalla en moto- es un payaso, pues hubo algún demente que le rio la gracia y todo quedó archivado. A día de hoy, su currículum sigue aumentando: Bautista, Pedrosa y Lorenzo también forman parte de su lista de damnificados. A Dani le ha destrozado sus aspiraciones a luchar por el título y todavía tiene el chaval la poca vergüenza de sentarse a su lado y pedirle perdón con cara de no haber roto un plato; algo que el pupilo de Alberto Puig no ha admitido, considerándolo un gesto de cara a la galería, pero que no encierra ningún tipo de arrepentimiento. Marco es un tipo que detesto, y a pesar de lo desagradable que resulta pensar de este modo en esta clase de competición, tengo que confesar que, cada vez que Simoncelli se va al suelo, me alegro muchísimo porque es un personaje que le sobra al motociclismo. Una amplia mayoría de los que compiten con él así lo entienden, pero el problema son esos que nunca se han puesto un casco, unos guantes y un mono aunque sean los que manejan el cotarro.