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Hasta los fantasmas castizos se pueden vender

La creatividad y el turismo son una buena combinación, como las visitas guiadas por lugares encantados de Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Que en Cádiz sobra creatividad no es ningún descubrimiento. Pero para que estas energías no sean derrochadas sino explotadas hace falta que se trasladen al mundo empresarial. Como en el último caso, el de las visitas guiadas por lugares mágicos o encantados de la capital. Cádiz tiene magia para regalar, pero mejor cobrarla. Este es el concepto que ha querido poner en práctica el empresario de Monumentos Alavista, Germán Garbarino. Su última iniciativa, llamada 'Encantadas Alavista', propone un recorrido por los misterios de Cádiz, por los edificios que tengan una historia mágica o sostengan una leyenda urbana. Los recorridos turísticos, dirigidos a todos los públicos, comenzarán el próximo sábado por la noche y costarán diez euros por persona.

El empresario ha organizado la visita a tres lugares mágicos, como la Torre de Poniente, en los que seis actores recrearán historias de encantamiento. Garbarino es optimista y anima a los emprendedores a que arriesguen en turismo. «Merece la pena. Cualquier idea turística tendrá salida», apuntó Germán Garbarino. El mismo empresario recuperó hace unas semanas la recreación de unas cenas romanas en la Casa del Obispo al aire y teniendo como telón de fono la Catedral de Cádiz. «Hemos hecho hasta una reproducción de la vajilla que se utilizaba en la época, con los mismos materiales», apuntó el emprendedor para ilustrar la ilusión que ha puesto en cada detalle del proyecto.

Este es un ejemplo pero cada vez hay más en la provincia. Desde una gestión innovadora y creativa en la comercialización de los Museos de la Atalaya de Jerez, realizada por Miriam Morales, hasta las actividades náuticas desarrolladas por el empresario Luis Morales en Novojet o aquel 'Taichi entre viñedos' que vendió el grupo D'arte en la finca El Majuelo. Todo vale para formar parte de la industria del turismo y del ocio, la que mejor ha aguantado la crisis. Y si una iniciativa no cuaja hay que presentar otra. «A todos se nos hace la boca agua hablando de los encantos de Cádiz pero no les ponemos precio. Hay que vender, vender y vender», como repite incansablemente el delegado provincial de Turismo de la Junta, Manuel González Piñero.

La gerente de la Torre Tavira, Belén González Dorao, reconocida en Cádiz por su dedicación al turismo, señala que hacen falta dos cosas para que este destino arranque: unidad y creatividad. Esta última, siempre aplicada a la empresa. González Dorao recalca continuamente que todas la inversiones que se hagan ahora «darán sus frutos a la larga». Y sentencia que aunque el empresario no lo vea a corto plazo, «estoy convencida de que lo que hagamos en turismo quedará para los que vengan detrás».