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Rociíto, el retorno

Tras cinco años recluida y al borde de la depresión, la hija biológica de Rocío Jurado vuelve a ponerse bajo los focos

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Nada hacía suponer que esta mujer, a sus bíblicos 33 años, quisiera volver a pasar por lo mismo. Entre que Rocío Jurado la nombró heredera universal de sus derechos artísticos, bienes inmuebles y joyas (en resumen, un pastón), que la muerte de su madre la dejó durante un largo periodo de tiempo al borde de la depresión y que a buen seguro todavía no ha olvidado los amargos años de persecución mediática, todo animaba a pensar que Rociíto, la primogénita, la única hija biológica de la chipionera, nunca jamás volvería a probar el dulce veneno de la fama (¿qué necesidad tenía?). Y sin embargo, bien sea porque esta cabra tira al monte mediático (recibió un bautismo de flashes nada más nacer) bien por una predisposición genética o bien porque la crisis también ha recortado su economía (cosa poco probable en una rica heredera), Rocío Carrasco vuelve. Y lo hace por todo lo alto. Junto a su amiga y mentora María Teresa Campos, y como copresentadora de un concurso, un 'talent show' inspirado en la figura de su madre y titulado 'Nacidas para cantar', que se estrenará este próximo lunes, 25 de abril, en Canal Sur.

Si es que esas ondas al agua, ese 'look' a lo Romero de Torres, esos ojos cuasi góticos con los que Rociíto se plantó en la boda de su prima Chayo Mohedano hace un par de semanas en la capilla de las Vírgenes de la finca 'Yerbabuena', el mismo escenario del 'crimen' donde hace ya quince años ella perpetró aquel matrimonio de escandaloso final con Antonio David Flores, ya hacía presagiar un cierto afán de protagonismo y un rutilante retorno: «Aquí me tenéis. He vuelto».

Rebelde desde muy chiquilla, pero al final siempre a la sombra de su famosa y protectora mamá (estudió solo hasta tercero de BUP y trabajó de modelo por la vía del enchufe trifásico), Rocío Carrasco regresa a la tele, medio en el que debutó hace años junto al ínclito y polémico padre Apeles, con la misión de glosar a 'la más grande', sazonando el programa con anécdotas y recuerdos. Es un regreso estrictamente profesional que, según se encargó de aclarar ella misma durante la presentación del nuevo concurso, no habría sido posible «sin la ayuda de esa personilla que está por ahí». La personilla en cuestión se llama Fidel Albiac, su pareja desde hace diez años, aunque en esta ocasión adopta la forma de productor artístico por esa tendencia natural de Rociíto al negocio familiar. O lo que es lo mismo, a mezclar amor y trabajo. Con Antonio David, padre de sus dos hijos, también formó varias sociedades mercantiles que luego costó disolver muchos juicios y horas de plató.

La dieta de la alcachofa

Vuelve a situarse Rociíto ante las cámaras y, como era de esperar, la primera... en la frente. «¿Es cierto que te llevas a matar con tus tíos Rosa Benito y Amador Mohedano?» Sonrisa de circunstancias, breve silencio, y un «todos lo pasamos muy bien en la boda» fue la respuesta de la Carrasco antes de girar sobre sus talones y hacer mutis por el foro. Es de suponer que esta madura Rocío sabe muy bien a lo que se enfrenta: una jauría de reporteros con hambre atrasada y el peligroso recuerdo en el paladar de una carnaza reciente y altamente nutritiva (la famosa 'Guerra de los Ro' cebó a la prensa más cotilla de este país durante años). Es de suponer también que, aprendida la lección, el firme propósito de Rociíto sea mantenerse a distancia y no soltar prenda. En definitiva, someterse una vez más a la rigurosa dieta de alcachofa. Pero de la alcachofa mediática.

La pregunta es ¿lo conseguirá? ¿Logrará situarse de nuevo en el candelero sin sufrir un solo rasguño? El próximo viernes, 29 de abril, el mismo día en el que Kate Middleton dará el sí quiero a Guillermo de Inglaterra, Rocío Carrasco Mohedano, hija de un boxeador seis veces campeón de Europa y de una de las cantantes más universales y raciales de la historia reciente de España, cumplirá 34 años. Lo va a celebrar recién estrenada como presentadora de un programa que, por parte de madre, le devuelve a la copla y la tonadilla. Pero más le vale que, por parte de padre, también esté preparada para esquivar golpes bajos.