Jesús Caldera, durante el acto celebrado en Cádiz. :: LA VOZ
Jesús Caldera | Exministro de Trabajo y vicepresidente de la Fundación Ideas

«Esta provincia puede volver a crear empleo de calidad con las reformas adecuadas»

El socialista participó en la convención municipal de Cádiz para arropar a la candidata a la Alcaldía, Marta Meléndez

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Le tocó ejercer de tipo duro durante la campaña de 2004, pero su paso por el Ministerio de Trabajo descubrió otra faceta más sensible y pegada a las políticas sociales. Su relación con Rodríguez Zapatero lo colocó como vicepresidente en todas las quinielas, por eso sorprendió tanto su salida del Gobierno en la segunda legislatura.

Además de dirigir los fogones del partido durante el ascenso de Zapatero ha demostrado ser un defensor acérrimo de la igualdad laboral y la racionalización de horarios. Ahora habla desde la distancia y acumula en el observatorio de iniciativas que es la Fundación Ideas todos los proyectos de gobierno a la espera de tiempos mejores. Este fin de semana no ha querido perderse la convención municipal en Cádiz, donde ha presentado su libro 'Un tiempo para la igualdad' (Turpial).

-En este libro hace repaso de las políticas puestas en marcha durante su periodo como ministro. ¿Hasta dónde ha olvidado su condición de político al escribirlo?

-He preferido poner en este libro mi condición de persona y de ser humano que es importante. Defiendo con mucha intensidad el contrato social, yo defiendo una sociedad integradora, en las que se produce esa relación de confianza y no comparto las tesis del individualismo extremo, hay toda una doctrina económica al respecto. El futuro al que vamos está lleno de riesgo y nos va a exigir solidaridad y repartir bien los recursos que cada vez son menos. Ya no es solo por razones éticas, sino por razones de eficiencia y está probado que las políticas sociales han mejorado no solo las condiciones de vida de los ciudadanos, sino la propia economía y el mercado laboral, ha creado más empleo.

-Muchas de las leyes que impulsó tienen un espacio de análisis en el libro: los permisos de paternidad, el cheque bebé, el incremento de las pensiones. ¿Qué siente ahora cuando ve que hay que sacrificarlas?

-He de decir que el corazón de las políticas sociales todavía se mantiene y lo celebro. Si uno coge los Presupuestos del Estado, el 58% es para gasto social. Sí ha sido necesario retirar algunas medidas porque no servían para generar empleo y en este momento son imposibles de sostener. Claro, me da tristeza, pero espero que cuando la crisis se supere éstas u otras se vuelvan a aplicar. Pero las grandes leyes como la de Igualdad siguen adelante. Tengo en muy alta consideración esta ley y ustedes entenderán que me sienta emocionalmente feliz cuando hoy por ejemplo veo que una mujer embarazada no puede ser despedida. Eso se introdujo entonces, lo introduje yo personalmente.

-Hace ya tres años que salió de la primera línea ¿cómo es la vida fuera del Gobierno?

-Primero hay que decir que hay vida fuera del Gobierno, lo digo para los que se piensan que van a ser ministros toda su vida. No conocerá a nadie que haya sido ministro más tiempo que ciudadano. Yo siempre he enfocado mi relación con el poder, que es muy relativo porque luego no tiene uno tanto poder, con cierta distancia. A mí no me supuso ningún trauma, porque es transitorio. Ahora estoy en la otra cara de la luna, aunque sigo en el Congreso como diputado, pero todo se complementa. La Fundación Ideas es un sitio muy bonito para el debate. Hay que debatir, esta sociedad lo requiere.

-¿Cuántas ideas de la Fundación ha tomado en cuenta el presidente Zapatero?

-Por ejemplo hemos influido mucho en el modelo energético. Se decidió el cierre de Garoña y ahora con lo que ha ocurrido con Japón vemos que tenemos razón. También hemos preparado un informe muy de fondo sobre el modelo productivo. Tocamos temas como qué incentivos habría que proponer para que sectores que deben generar más empleo y son más sostenibles en el futuro lleguen antes. Las energías limpias tienen un papel fundamental.

-¿Considera que Cádiz, la provincia del paro, merecería un estudio por sí sola para superar su situación?

-La provincia del paro, como usted la llama, llegó a recortar su tasa de desempleo de una manera asombrosa. Creo recordar que se situó en el 10,5% en 2007 y puede volver a conseguirlo. Solo necesita las reformas adecuadas para superarse y en las energías renovables tiene un buen enganche. Cádiz es líder en producción eólica, no lo olvidemos, en este tipo de sector de primera categoría es donde debe empezar a despuntar. Tal vez tenga que asumir algunas reformas, pero sabrá sobreponerse a la situación.

-¿Cree que la reforma laboral podrá lograr algún avance en este caso?

-Esta reforma hace falta, porque ahora se dan las circunstancias para ella, pero no perdamos de vista que el mercado laboral no lo puede resolver todo, tiene que ser un resultado del modelo productivo y no al revés. El mercado laboral es un subproducto de qué economía tiene y una economía con mucha construcción y mucho turismo que no cuente con otros sectores que compense, tendrá mucha temporalidad y precariedad. La patronal también tiene que entender que un trabajador precario no le conviene, porque tiene más siniestralidad y menor productividad.

-¿Tal vez la que planteó usted en 2006 al frente del Ministerio resultó demasiado blanda?

-Fue una reforma adecuada al momento. ¿Qué preocupación teníamos en 2006? la precariedad, pero entonces se creaban 800.000 empleos al año, caía la tasa de paro de una forma rapidísima, la mitad del país tenía pleno empleo y necesitaba mano de obra del exterior. Y lo que realmente nos resultaba un obstáculo era la precariedad, no la temporalidad. Esta reforma consiguió bajar la tasa de precariedad casi siete puntos y reducimos las cotizaciones para generar empleo estable.