DOCTOR IURIS

Sinde y el payaso

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los artistas interviniendo en política no me gustan. Respeto su derecho a callarse o hablar pero me hacen sospechar porque siempre me recuerdan una novelita de Paco Umbral de un escritor, ideólogo del franquismo, rechazado por sus homólogos republicanos, que eran mucho mejores. Es como lo de los artistas manifestados con aquello de la 'cejita'. ¿Sabemos cuántas subvenciones han recibido, cuántos premios? Y ahora vemos este patético cruce de narices de payasos entre directores de cine, presidentes y vicepresidentes de academias del cine, con la gala de los Premios Goya acechando.

Que conste que no me gusta la Ley Sinde. Me parece una aberración jurídica que debe quitar el sueño a todo Magistrado que se precie de serlo. No respeta a los individuos y las personas jurídicas, atenta contra los derechos fundamentales y libertades públicas y el proceso judicial con una facilidad inaudita con ese cierre de páginas web, discrecional e inmisericorde. Pero, querida Ministra de Cultura -carita de niña triste y apocada- he de decirle que lleva algo de razón pese a que su curriculum vitae es inferior al de alguna de las secretarias que han pedido trabajo en mi despacho -aunque sí parece algo mejor que el de Leire Pajín- y a que su filmografía como directora -tres películas que ni conozco- o actriz -en 'El bengador Gusticiero y su pastelera madre' (1977)- no se encuentra en mi videoteca de cine hispano y cañí -y no me refiero a la de Pajares y Esteso y Martínez Soria sino a la de Alejandro Amenábar o Pedro Almodóvar-. Un poquito de razón sí que lleva. Si yo hago un disco y el 95 % de los beneficios se los cepillan los que lo editan, producen, empaquetan y distribuyen, me agarro a esa porcioncita de tarta como se agarra usted a su cargo y no dimite, cual gato en cortina de cachemira. Y si llega una niña freak, gordita y con acné, vestida y maquillada de negro riguroso, con botas militares y tachuelas -y no me refiero a ninguna hija de ZP, conste- y se descarga gratis mi disco, me tiene que dar coraje. Pero hay que replantear la situación, salir más a carretera, seleccionar mejor las canciones y el que tenga arte saldrá adelante, como salieron Bob Dylan o Silvio Rodríguez. Adaptarse a lo que quiere el público. O sea, los votantes.

Cerrando webs porque sí hacemos censura previa, volvemos a acusar al rival para quitarlo de en medio y beneficiarnos a su esposa y nos aseamos las intimidades con los Derechos Fundamentales. Es una tomadura de pelo. Y para tomarnos el pelo están ya los payasos, y no precisamente los de la última peli de Alex de la Iglesia, que no sé si estará bien porque aún no la hemos bajado ni yo ni un amigo mío juez, al que, por cierto, el cine español siempre le ha parecido una mierda.