Las calles del centro de Jerez y las terrazas de los bares estaban ayer abarrotadas a pesar del frío. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

El comercio resucita por Navidad

El buen tiempo acompaña y logra que la apertura de las tiendas del centro por cuarto domingo consecutivo se salde con un lleno

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¿Media hora para aparcar un domingo en el centro de Jerez? Puede parecer mentira, pero ayer en el casco histórico la plaza de aparcamiento estaba reñida, sobre todo porque el sol que brilló con generosidad y la apertura de los comercios se conjugaron para hacer que los jerezanos optaran por fin por dirigir sus pasos hacia esta zona.

Las grandes superficies comerciales también estuvieron a rebosar, y no se esperaba menos de una jornada posterior a un festivo y en plena campaña de compras de Reyes. Pero en el cuarto domingo consecutivo en el que las tiendas del centro también decidieron abrir sus puertas, los propietarios de los negocios locales pudieron frotarse las manos y hacer un balance positivo de esta estrategia comercial con la que intentan plantar cara a la llegada de enormes complejos como Luz Shopping y Área Sur.

Las temperaturas no escalaban ayer en el termómetro, y el airecillo frío cortaba la cara, pero los agradecidos rayos del sol después de varios días de lluvia y tiempo desabrido envalentonaron a muchos jerezanos que ayer fueron muy numerosos en la calle Larga y sus aledaños comerciales, donde los propietarios de los negocios recibían con cierto alivio a los compradores.

«Claro que se está notando en las ventas lo de esta mañana, se ve que la gente ha venido a desayunar a la calle y ya se ha quedado a hacer sus compras», recalcaba ayer Montse, encargada de la tienda de ropa de una gran franquicia.

Sus palabras se sustentaban en las largas colas en las cajas, en el remolino de gente que se congregaba en los pasillos y que iba revolviendo los percheros, y en el trabajo incesante de los dependientes que no dejaron de envolver compras y de grapar tickets de regalo a las etiquetas.

No todos fueron tan excesivamente optimistas con el buen desarrollo del día, sobre todo porque las mayores aglomeraciones se vivieron en las tiendas de las grandes cadenas textiles. Pero también hubo presencia de clientes en los negocios locales, ya que fueron bastantes los pequeños y medianos comerciantes que se animaron a seguir el ejemplo y levantar la persiana de su establecimiento.

Tras las compras, llegó el momento de la cerveza y de tomar algunas tapas en las terrazas de las plazas más céntricas, en las que no cabía ayer un alfiler. Después, el goteo de visitantes decayó con la llegada de la tarde y la bajada de las temperaturas, pero sin duda fue un buen día para el comercio local.