El porqué de la escalada del precio

La variación trimestral de la Tarifa de Último Recurso (TUR), la que 'protege' los intereses de millones de usuarios que no están en condiciones de acudir al mercado libre de electricidad, se decide a partir de dos elementos. El primero de ellos, el bautizado como 'peajes', lo establece el Gobierno para retribuir los costes del sistema. Ahí están las primas a las energías renovables y la factura de un déficit acumulado durante largos años de reconocer unos costes de generación que no se veían reflejados en las tarifas. Este componente, que representa el 50% del aumento, va a quedar congelado en esta ocasión.

Pero la otra mitad de la evolución de la TUR se establece tomando en cuenta el resultado de una subasta mayorista de energía en la que los generadores son los proveedores, los comercializadores y los compradores. Curiosamente, cuando una puja de este tipo sirve para determinar la variación de la tarifa eléctrica, los precios mayoristas se disparan. Este mes de diciembre, el repunte del coste de la energía fue del 4,7%. Finalmente, el Ministerio de Industria ha introducido nuevos factores que todavía encarecen más la factura final. Entre ellos figuran las repercusiones del decreto de protección al carbón autóctono y las compensaciones a las centrales térmicas de carbón importado y a las de ciclo combinado de gas, que van a quedar relegadas por el imperativo de que funcionen las instalaciones de carbón nacional. Estas últimas compensaciones se computan bajo un epígrafe llamado 'pagos por disponibilidad'. Lo cierto es que las centrales de ciclo combinado deben estar 'activas', aunque paradas, para entrar en funcionamiento cuando las renovables -en particular las eólicas- no puedan estar en funcionamiento. Sumados todos los incentivos, la otra mitad de la tarifa tendría que subir hasta un 21% pero los cálculos cifran el encarecimiento de la tarifa en torno al 10%.