«El tifón me levantó un metro del suelo »

Jorge Torres, empleado en un concesionario de San Fernando, se palpaba intacto y apenas se lo creía ayer: el tornado que arrasó el polígono Fadricas lo arrojó contra unos cristales, tras levantarlo un metro del suelo, pero apenas sufrió heridas. El tifón le sorprendió mientras caminaba por el aparcamiento del concesionario en el que trabaja, para examinar un vehículo a reparar. La mañana era desapacible, soplaba un fuerte viento, pero nada hacía pensar en que estar en la calle fuera peligroso. De repente, un ruido le alarmó: «Era el mismo que el de un avión despegando; es algo indescriptible, hay que verlo», recordaba ayer, a toro pasado. Al asomarse a la carretera, para ver qué era aquello, el cielo se tornó oscuro y de sus entrañas surgió el tornado, que tocó el suelo. «Vi como el techo de uralita de una de las naves caía en pedazos sobre un coche», explicaba Jorge, que sin tiempo para reaccionar, sintió como una fuerza lo levantaba un metro del suelo y lo tiraba contra una de las cristaleras del concesionario. «¿Ves la huella de mano que hay ahí arriba? es la que puse para no darme con la cabeza», relataba ya más tranquilo. Por suerte no le quedaron heridas, sólo una gran anécdota que recordar.