VAYA PUENTECITO

Si, vaya con el puentecito que hemos pasado. Cuando millones de españolitos se las prometían tan felices y se disponían a pasar estos ansiados días de asueto, por otra parte bien merecidos, en cualquier lugar fuera de su domicilio surge la salvaje protesta de los controladores y los deja con dos palmos de narices. No es la primera vez que ocurre y esperemos que, después de lo sucedido, sea la última. Se han puesto en marcha mecanismos que muchos desconocíamos y se han utilizado los reglamentos que, fundados en nuestra actual constitución, pueden combatir tal clase de desmanes. Nunca, y digo bien, nunca está justificada una movilización que tenga como principal objetivo crear un problema en la convivencia ciudadana, pero mucho menos aún cuando no se emplean los resortes legales, cuando, sin previo aviso y abandonando sus puestos de trabajo, los ciudadanos quedan totalmente desprotegidos e indefensos, eso no es de recibo y pese a quien pese hay que reprimirlo como sea. Ahora, cuando parece que todo ha vuelto a su cauce es cuando hay que dirimir responsabilidades sancionando a los que han creado el problema pero también analizando porque se ha llegado a esta situación. No vale que solo paguen los controladores, hay que retrotraerse y analizar porque este colectivo lleva con su convenio colgado desde hace más de dos años. Todo no se arregla con decretos leyes, eso se hacía en tiempos de la dictadura y así nos fue. Si los controladores disponían de unos privilegios exagerados esta bien que se les regule ya que los monopolios nunca han sido buenos y en esta ocasión se ha vuelto a demostrar. Ceder a estos chantajes permanentes nos ha llevado a esta triste situación porque lo fácil, durante años, ha sido ceder y conceder. Los que han permitido esto (léase gobierno o AENA) también son culpables y habrá que tomar medidas contra ellos o se van a ir de rositas.