PAN Y CIRCO

ENCAJE

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Ese es, a mi juicio, el rasgo que, en la actualidad, mejor define al conjunto gaditano; me refiero a la manera tan rápida de la que se está armado en el doble sentido de esta palabra: que está equipado con suficientes armas, y que sus diversos componentes están adecuadamente enlazados. En los tres últimos partidos hemos podido comprobar que el equipo defiende con contundencia, ataca con peligro y golea con facilidad. El balance de goles ha sido un elocuente cinco a cero. Si es cierto que aún no funciona como una máquina automática, hemos de reconocer que, en estos tres encuentros, su eficacia se ha debido a la articulación de sus diferentes líneas y a la manera de la que se han movido las distintas piezas de este artilugio: a la sincronía en las acciones defensivas y a la sintonía en las estrategias ofensivas. Queremos decir con estas palabras que se ha notado cómo los jugadores se han preparado en los entrenamientos para conseguir un adecuado «encaje» y, además para, superando el desánimo, «encajar» las consecuencias de las anteriores derrotas. Han asimilado que el éxito no consiste en carecer de problemas o en eliminar los obstáculos, sino en saberlos resolver saltando ágilmente por encima de las barreras. Ahora hace falta que no se lo crean demasiado y que digieran bien las victorias. Una victoria mal digerida puede entontecerlos, generar una excesiva confianza en sus propias fuerzas y engendrar un peligroso desprecio a los adversarios. En esta ocasión, por lo tanto, nos referimos a un «encaje» diferente, y no a esos que hacen algunos habilidosos delanteros, a esos regates y driblings de los que trataremos en otro momento. El partido del próximo domingo frente al Sevilla B debería ser la confirmación de la recuperación de un juego eficiente que alimentara la esperanza de una afición que está deseosa de acudir al estadio para aplaudir. El equipo tiene una vez más la palabra.