Dos accidentes y un rumbo errático

F elipe se «comió» el palo en Alcorcón y en Granada. Dos grandes agujeros negros en la trayectoria xerecista en esta temporada. La irregularidad manifiesta es sinónimo de que queda el mismo margen de mejora que de empeoramiento. Felipe es el anfitrión en la Cepa de Oro de la tertulia de Onda Cero (que coordinó el martes el veterano y apreciado Pepe García) y por devoción y vocación azulina, mira al tendido con la confianza de que en peores situaciones ha lidiado el xerecismo. Y tiene razón. Si echamos la vista atrás, distintas voces en distintos medios y desde todos los soportes posibles, afirmaban que la plantilla era demasiado veterana, que se había parcheado y no planificado, que el equipo iba a entrar en la dinámica de luchar por evitar el descenso... Agoreras predicciones, que ahora, cumplido un tercio de Liga, desmienten las matemáticas. A ver, no es que Javi López haga «levantás» ni sea la alegría de la huerta, pero el Xerez está a un punto de la liguilla, con un juego ramplón y no de precisión, fluidez y toque, vale. Pero a un punto de un objetivo superior al pretendido en agosto. Otra cosa es que viendo la evolución del equipo se deba pedir más al entrenador. El Xerez acumula minutos de vacío durante los partidos, si bien hay que valorar la revalorización de Héctor Font como titular. Al margen de besitos o frialdades con la grada, Javi López, debería medir los tiempos. Ante la Ponferradina, sustituir a Font por Barber a 3 minutos del final fue poner al jugador en la diana. Es fácil verlo desde fuera, pero también desde el tendido se ven más claros los riesgos. Ese cambio no tuvo sentido con un 0-0 a falta de dos minutos y con un rival que había entregado la cuchara. Y para que el Xerez crezca en esta Liga debe ser defensivamente fiable, trabajar el achique de espacios y la salida del balón desde atrás. Las Palmas y Girona, seis puntos por delante para que el equipo haga su declaración de intenciones. Y para que López demuestre si este Xerez no es para él «mucho toro».