Assange se dirige a los medios en Suiza en uno de sus últimos actos públicos. :: REUTERS
MUNDO

El cerco internacional asfixia a Wikileaks

La web busca nuevos servidores por la presión de EE UU mientras Assange intenta evitar su arresto

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Wikileaks seguía anoche operativo en Internet horas después de que los principales servidores norteamericanos del polémico portal cortaran los canales de acceso a su contenido, que incluye información confidencial del Departamento de Estado del Gobierno estadounidense. La red Twitter dirigía a los internautas a tres dominios europeos que contienen los cables diplomáticos filtrados en los últimos días, además de los papeles de Afganistán y de Irak, difundidos a lo largo del año.

El editor y cofundador del portal digital, el australiano Julian Assange, se mantenía firme en su propósito de divulgar las 251.287 comunicaciones remitidas desde 274 embajadas estadounidenses a la central en Washington entre 1966 y febrero de 2010. «La historia ganará», escribió ayer en un blog de 'The Guardian', el diario británico que está publicando los papeles del Departamento de Estado. Assange respondió por escrito a preguntas de los lectores, que temen por el golpe de muerte de su cruzada: «Si cierran Wikileaks, los archivos se publicarán automáticamente», aseguró.

El bloqueo de los servidores estadounidenses -incluido una filial de Amazon- o la amenaza de cierre de las conexiones europeas pierden fuerza ante la amplitud del espacio cibernético. De acuerdo con Assange, la explosiva documentación ya está distribuida entre 100.000 personas, que podrán volcarla en Internet con la misma diligencia.

Assange atribuye a la presión de la Administración de Barack Obama el boicot a su proyecto que ayer se extendió de EE UU a Europa. Francia comenzó por la mañana a tomar medidas para impedir que compañías galas acojan y den cobertura al dominio «criminal» de Wikileaks. «Francia no puede albergar sitios de Internet que violan la confidencialidad de las relaciones diplomáticas y ponen en peligro a personas», denunció el ministro de Economía Digital, Eric Besson.

Amazon se justifica

Amazon se escudó en infracciones contractuales para restringir la relación con Wikileaks. El líder en el comercio electrónico de libros acusó a Assange de «no controlar o detentar todos los derechos» sobre los documentos y puso en duda que la revisión de su contenido sea tan rigurosa como para «no poner en riesgo las vidas de inocentes».

En 'The Guardian', Assange insinuó que lleva tiempo sospechando que Amazon peca de «un déficit en libertad de expresión». «Quisimos separar la retórica de la libertad», señaló. Más tajante se mostró respecto a las denuncias sobre el riesgo humano de las filtraciones: «Llevo cuatro años editando Wikileaks y en este tiempo no se ha registrado una alegación creíble de que alguien haya sufrido daños como resultado de nuestras actividades».

Assange está en paradero desconocido, aunque los medios británicos lo ubican en Inglaterra. La Justicia sueca lo reclama en relación con alusiones de agresión sexual a dos jóvenes, que él rechaza. Su abogado en Reino Unido, Mark Stephens, asegura que el jefe de Wikileaks está dispuesto a colaborar con la Fiscalía de Suecia y que él mismo facilitará «un encuentro amistoso y conveniente» entre su cliente y las autoridades británicas.

Anoche, Scotland Yard no había dado el paso para detener a Assange. De hacerlo, actuaría en respuesta a una orden de detención y entrega que, según parece, Suecia ha cursado por segunda vez. Los medios indican que las autoridades británicas rechazaron una primera petición de extradición por defectos en la redacción del formulario y que el arresto del editor australiano es cuestión de días.