PAN Y CIRCO

JOSE Y DAVID

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Los dos tienen nombres bíblicos. Bueno, el primero no tanto, ya que no se acentúa en la e y es Jose y no José. Pero tienen en común haber aparecido en momentos puntuales de la historia cadista, ejercer de salvavidas en circunstancias complicadas y haber resuelto con solvencia las delicadas papeletas.

Hoy me interesa hablar de los dos pero por motivos muy diferentes. El primero me ha vuelto a demostrar que siempre está ahí para lo que necesitemos. La temporada pasada me enfadé un poco con él porque exageró y buscó culpables colaterales de su derrota en Carranza. De todas formas, el Murcia tampoco hizo mucho por ganar aquel encuentro y el gol de Fleurquin en el último suspiro fue justo tras lo visto en el terreno del juego. Pero, como profesional que es, defendía sus intereses.

En la tesitura actual ha optado por defender su corazón y regresar al Cádiz. A uno se le pone la piel de gallina viendo las imágenes de aquel joven técnico manteado en el aeropuerto de Jerez tras el ascenso en Las Palmas. Ahora se incorpora a un club en una situación parecida a la última vez, aunque sea una categoría por debajo. En 2006 sustituyó al ex-bético Oli que no había cumplido los objetivos y en este caso lo hace para suplir a Vidakovic, otro ex-bético que, tras salir de los puestos que dan acceso a la liguilla, ha sido destituido con la complacencia de una plantilla que me da la impresión que ha hecho bien poco para salvar su cabeza. El bueno de Jose ha demostrado en su primer día como entrenador que van a cambiar muchas cosas y, de paso, ha tranquilizado a Roberto Suárez.

Por cierto, del segundo personaje con nombre bíblico voy a hablar muy poco porque su testamento ya empieza a ser antiguo. Siempre pasa igual. Nunca da el paso, pero luego siempre agradece que se acuerden de él. Que no le llamen más que entre lo que ha ganado y lo que pesca de vez en cuando no vive malamente.