Gabriel corre a abrazar a su padre, el sargento Steven Alvarez, que vuelve de Afganistán. : AP
MUNDO

Lisboa anuncia una OTAN más global

La cumbre atlántica pondrá en marcha una nueva estrategia, con la transición afgana y las relaciones con Rusia como ejes principales

LISBOA. Actualizado: Guardar
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Es un hecho contrastado que las grandes cumbres de la OTAN, como la que hoy y mañana se celebra en la capital portuguesa, dan poco margen para el debate interno y producen destacadas manifestaciones de unidad y visiones compartidas sobre el futuro del mundo. Pero las cosas son muy distintas esta vez y los temas más importantes en discusión llegan abiertos a la cita atlántica, signo evidente de la densidad y trascendencia de la materia en juego.

La incertidumbre se explica porque la OTAN, que ha sido un instrumento muy útil para garantizar la cohesión europea y el vínculo con Estados Unidos estos últimos sesenta años, tiene ahora que repensarse desde sus cimientos y definir nuevos usos para sus capacidades, que, a su vez, tienen que adaptarse a las circunstancias cambiantes. El nuevo concepto estratégico, el manual de uso de la 'herramienta OTAN' que los líderes de los veintiocho socios aliados tienen que aprobar en la reunión, es el tambor de todas estas resonancias.

El discurso conductor de la defensa territorial según las estipulaciones del Tratado de Washington, que será afirmada en el documento final de la cumbre, no impide importantes discrepancias sobre la naturaleza de la disuasión aliada, sobre la que se sustenta el primer escalón de esa defensa. El uso del armamento nuclear concita las principales discrepancias.

Varios miembros importantes, con Alemania al frente, a la que apoyan Bélgica, Noruega, Holanda y Luxemburgo, abogan por la desnuclearización del Viejo Continente, que entrañaría la desaparición de dos centenares de bombas atómicas «de gravedad» (sin propulsión propia, que caen por su propio peso) que permanecen aún desplegadas en bases de alta seguridad.

Semejante pretensión choca con el reparto clásico de papeles entre EE UU y Europa en la mecánica de la disuasión (los medios estratégicos en suelo americano; los tácticos a este lado del Atlántico). Atenta, también, contra la gradualidad, que define comenzar por lo táctico y escalar hasta lo estratégico, a cuyo nivel el punto de no retorno es muy pronto franqueado. Francia, con capacidad y estrategia nucleares, no quiere verse arrastrada a una discusión que podría comprometer su 'force de frappe'. Supervisa el debate de cerca.

Bombas de gravedad

Las doscientas bombas de gravedad que hay en Europa son estadounidenses, no así los aviones que las transportarían. Se trata de Tornados y F-16 de doble capacidad, convencional y nuclear. Les queda una década de vida útil, pero ahora es cuando debe planificarse su sustitución y Berlín y sus aliados dudan. La cumbre tendrá que resolverlo.

Menos incertidumbres plantea el proyecto más aparatoso: el lanzamiento de un escudo antimisiles, de tecnología esencialmente norteamericana, para proteger el territorio europeo de un eventual ataque balístico de pequeña escala. Existe disposición entre los aliados para aceptar la iniciativa, que evoluciona por fases hasta el nivel intercontinental en 2020.

El concepto estratégico contemplará el escudo y reconocerá nuevos riesgos para la seguridad, como el ciberterrorismo, pero será poco explícito al respecto, lo mismo que sobre los orígenes de la nueva amenaza balística. Turquía lo exige para no descolgarse, pues no quiere incomodar a Irán, con quien pretende seguir manteniendo funciones de mediación internacional.

Rusia es pieza clave en el juego geoestratégico. La OTAN y Moscú recuperarán el tono positivo para sus relaciones, tras el enfriamiento por la guerra de Georgia. Al Kremlin se le ofrecerá participar en el escudo, sin precisar el modo.

Lisboa también marcará los nuevos plazos para Afganistán. Lo que se conoce como 'fase transitoria' (inicio de transferencia de las responsabilidades de seguridad a Kabul) comenzará en 2011 y el final de 2014 debe marcar el sellado del proceso. Esta fecha no significará en ningún caso la culminación del compromiso con el país centroasiático, ya que la OTAN confirmará que es a «a largo plazo». EE UU lo ha hecho ya, tras calificarlo de «estratégico».