PAN Y CIRCO

CABALLO GANADOR

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Puede que finalmente haya que esperar otro año para ver a Fernando Alonso ganar su primer título con Ferrari (que lo veremos), pero sólo por las gotas de sudor frío que recorren la frente de la mayoría de los periodistas ingleses, ha merecido la pena esta remontada del asturiano en el último tramo del calendario. Todo coincide en el tiempo con el McLaren de Lewis Hamilton entrando en barrena y su propietario acumulando ceros. Desde la ya célebre orden de equipo nada disimulada, «Felipe, Fernando es más rápido que tú», todos han tomado nota de lo que se sucede cuando en una misma escudería tienes al mejor piloto de la parrilla y a otro que te sirve por su profesionalidad, pero con el que no vas a pasar a la historia. Ahí, radica la ventaja de Ferrari sobre Red Bull y McLaren. Ellos sólo tienen un caballo ganador al que apostar y sus rivales comienzan a tener serias dudas sobre quién tienen que volcarse en el momento decisivo de la temporada. Webber y Button se han subido a las barbas de sus vecinos y la cosa está que arde en ambos gallineros porque Vettel y Hamilton no aceptan ese rol de presunta igualdad de trato. El asturiano no está para celebraciones y se le está poniendo esa misma cara de hambre de título que tenía en 2005 y 2006. Desde entonces los sinsabores se han ido acumulando en su memoria: la traición de Ron Dennis y un Renault que no corría ni a pedales han sido suficientes argumentos para ser paciente hasta que su futuro se tiñó de rojo. No es el bicampeón de los que desperdician las ocasiones cuando éstas vienen bien pintadas.

Sólo él ha sido capaz de reactivar la moral de una fábrica a punto de volcarse en el coche de 2011 y arrojar la toalla. Sólo su constancia le ha vuelto a poner al frente de las apuestas de quién se llevará la corona. Y con sólo su presencia, esas lenguas viperinas que rellenan páginas en Inglaterra se acojonan.