El regidor vejeriego, Antonio Verdú, habla por teléfono poco antes del comienzo de la entrevista. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

«Ya puede venir a protestar hasta Tutankamon: el hotel se hará»

Verdú confía en que pronto haya una cadena hotelera dispuesta a gestionar los apartamentos de El Palmar Antonio Verdú Alcalde de Vejer

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los alcaldes, en los pueblos, son como las farmacias de guardia: 24 cuatro horas de dedicación absoluta. Antonio Verdú pasa, a primera hora de la mañana, por la residencia de ancianos de Vejer. Una mujer acaba de cumplir cien años, y el Ayuntamiento quiere rendirle homenaje. Mientras espera a que comience el acto, un vecino le pide cuentas por la falta de un elevador en la entrada; otro se interesa por la obra de su calle, y un tercero le cuenta, a bote pronto, cómo le va la vida. Antonio, que lleva unos cuantos años en lo suyo y sabe de la importancia de los gestos, los llama a todos por su nombre, les estrecha la mano, les escucha y les responde. «El día que un político empiece a eludir el contacto con la gente, mejor que se dedique a otra cosa». Sin embargo, entre determinada parroquia, «formada por gente de fuera», no es tan querido. El polémico proyecto hotelero para la playa de El Palmar lo ha colocado en la diana de los ecologistas, y le ha valido una gran notoriedad, no precisamente positiva, en 'Facebook', webs y foros dedicados a la defensa del litoral.

-Es joven, pero lleva ya unos cuantos mandatos encima. Tiene con qué comparar. ¿Han sido (están siendo) cuatro años muy duros?

-Todos los mandatos lo son, cada uno por una cosa. Es cierto que antes trabajaba doce horas y ahora veinte. La crisis no nos ha puesto las cosas fáciles. En un pueblo relativamente pequeño, como el nuestro, el alcalde conoce a los vecinos individualmente, sabe de sus situaciones concretas y, en cierta forma, las hace suyas. Lo peor que le puede pasar a un gobernante es tener a gente, en la puerta, pidiéndole trabajo. Y, a pesar de la buena voluntad que nos asiste, no poder ayudarlos a todos. Vivimos ese drama en primera persona.

-Póngale fecha al inicio de la regularización de El Palmar.

-Sólo puedo decir que el proyecto está muy, muy avanzado. Hemos cumplido con un larguísimo y complejo proceso burocrático. Sólo nos queda materializarlo. En semanas, los vecinos vendrán a solicitar la regularización de sus viviendas. El Palmar será un ejemplo.

En busca de socio

-Después de la aprobación del Plan Parcial para Malcucaña, ¿en qué estado se encuentra el proyecto hotelero de El Palmar?

-Lo primero: hablamos de un proyecto que lleva tramitándose años, que ha pasado todos los filtros legales y que tiene las bendiciones de la administración en su conjunto. Lo segundo: cuenta con el respaldo de la ciudadanía de Vejer, que es lo único que me importa. Una vez dicho esto, es cierto que el proyecto sufrió en su momento la crisis, con la retirada del promotor, etcétera, pero esta misma semana hemos tenido una reunión para continuar avanzando...

-La fecha estimada de inicio de las obras se ha postergado varias veces, por los retrasos o dificultades en la tramitación. Algunos detractores del proyecto quieren ver en esa circunstancia una ralentización premeditada, para ganar tiempo mientras la promotora encuentra fondos. ¿Hay dinero para construir y abrir el complejo?

-El promotor construye hoteles, pero no se dedica a gestionarlos. Está buscando un socio que lo regente. Ahora mismo ese socio no está, pero mantienen contactos con varios. Que lleguen a un acuerdo es una cuestión interna suya. Lo que sí puedo decir es que, una vez aprobado el Plan Parcial, hay unos plazos, de los que el promotor es consciente. Si no construyen para tal fecha, pierden la posibilidad. Confiamos en que ese gestor aparezca de un momento a otro. Sabemos que hay interés por parte de varias cadenas, de prestigio nacional e internacional.

-¿Ha perjudicado al proyecto, de alguna forma, la creación de una plataforma contraria a su ejecución y la movilización en Internet?

-Es un minúsculo grupo de personas que nos merece todo el respeto del mundo, pero con la que no compartimos sus tesis totalitarias, absolutistas y radicales. Hasta la fecha ni un solo vecino de Vejer se me ha acercado y me ha dicho: 'No hagas el hotel'. Eso sí que me importa.

-Hay una demora evidente.

-La hay. Nuestras previsiones para este año se han trasladado al que viene. Estamos en una coyuntura complicada. Pero es un proyecto que saldrá, no me cabe ninguna duda, y será más pronto que tarde.

-A nivel personal: en Facebook, blogs y foros, a usted se le ha demonizado. ¿Le duele?

-Me es total y absolutamente indiferente. No tengo tiempo para eso. A veces me llega alguien y me dice: '¿Oye, has visto en Internet...?' Lo siento, pero me da igual. No tengo un solo gramo de preocupación en mi cuerpo. Son gente a la que no hay que hacer caso. Las redes sociales pueden ser una fortaleza, pero también permiten que mucha gente diga lo que le da la gana con impunidad y, algunas veces, desde el anonimato. Más del 90% de los 'adheridos' no conoce la playa, y ninguno conoce el proyecto. Conocen lo que le han dicho, interesadamente, sobre él.

-¿Y al pueblo, cree que le afecta?

-El pueblo está cabreado. No pasa nada porque haya gente opinando sobre nuestro futuro, pero otra cosa es que quieran imponernos esa opinión. Lo diré muy claro: ya puede venir a protestar Tutankamon, o el emperador más poderoso del mundo, que el proyecto se hará porque lo respaldan los ciudadanos.

-¿Alguna vez se ha planteado que el proyecto no saliera adelante?

-Ha habido momento de pesimismo, por las dificultades.

-¿Qué opina del contencioso que interpondrán los ecologistas?

-Que no llegará a la vuelta de la esquina. No tiene fundamentos.

Un modelo sostenible

-Veinte segundos para describir su modelo ideal de desarrollo urbanístico de la costa.

-Primero, poner en orden lo que tenemos. Después, potenciar un desarrollo armónico, nada de construcciones grandilocuentes, faraónicas, agresivas ni colmatadoras. Nada de pan para hoy y hambre para mañana. Repetir el modelo de la Costa del Sol es condenarse al fracaso.

-Habrá hecho más cosas, durante este último mandato, además de todo lo relativo a El Palmar.

-La mía es una gestión que viene de antes. Creo que hay que evaluar el modelo de ciudad que pusimos en marcha desde que llegué al Ayuntamiento. Me siento orgulloso del centro de salud, de los servicios sociales, de que un vejeriego pueda cursar todos los estudios (desde Infantil hasta la Universidad) sin moverse de aquí. Y, a pesar de los pesares, de que hayamos puesto muchas facilidades para la generación de empleo.

-¿Pagarán los candidatos del PSOE a las municipales que la marca ande a la baja a nivel nacional?

-Por una parte, estamos en primera línea. Somos el punto más sensible. Por otra, la ciudadanía conoce, de sobra, las alternativas...