Un gigantesco Buzz Lightyear otea el horizonte para vigilar la zona de juegos de Disneyland. :: EFE
Sociedad

El país de los juguetes

El parque de Disneylandia en París inaugura tres atracciones inspiradas en la supertaquillera película 'Toy Story'

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Disneylandia ya tiene un país de los juguetes. El parque de París acaba de inaugurar el primer y único espacio lúdico inspirado en 'Toy Story', la saga cinematográfica que arrasa en taquilla. 'Toy Story Playland', integrado por tres nuevas atracciones al aire libre, abre las puertas cuando la tercera entrega de la serie se ha convertido en la primera película de animación que supera los mil millones de dólares (775,6 millones de euros) de recaudación. En España, 'Toy Story 3' acumula más de 22 millones de euros desembolsados por más de tres millones de espectadores.

El éxito de la alianza entre los estudios de Disney y Pixar es la varita mágica enarbolada para relanzar un negocio afectado por los estragos de la crisis económica. Hace tiempo que los responsables del parque de París, inaugurado en 1992, deseaban añadir una zona de juegos al aire libre a los Walt Disney Studios, la ampliación temática dedicada al cine abierta hace ocho años. Se les ocurrió utilizar la idea de que Andy, el héroe infantil de la trilogía, había olvidado sus juguetes en un jardín de dimensiones gigantescas en el que los visitantes podían pasárselo como enanos.

El resultado es un área recreativa presidida por un enorme Buzz Lightyear de cuatro metros de altura, creado a partir de la maquete original en 3D del filme generada por ordenador. El astronauta tocayo de Buzz Aldrin, el segundo hombre en pisar la Luna, otea el horizonte para asegurarse de que ningún adulto venga a terminar con la magia de los juguetes que cobran vida en su ausencia. Con el fondo musical de las bandas sonoras compuestas por Randy Newman, los visitantes disfrutan del universo de la película con la impresión, derivada del decorado a escala multiplicada, de haber encogido al tamaño de un juguete.

De las tres atracciones inauguradas de manera oficial el pasado fin de semana, la más apta para los pequeños es Zizzag Spin. A lomos de Slinky, el perro salchicha de muelles, se gira a ritmo sosegado como compañeros de viaje en su misión imposible de morderse la cola.

17 meses de trabajo

Más vertiginosa es Parachute Drop con la que se participa en un entrenamiento de paracaidismo de los soldados verdes de plástico en una simulación de saltos controlados desde 25 metros de altura. Las sensaciones más fuertes las aporta RC Racer, el coche teledirigido de Andy, a lo largo de una empinada rampa de 50 metros en forma de U para propulsarse hasta el infinito... y más allá.

Durante 17 meses de trabajos, 150 ingenieros y 650 obreros de 140 disciplinas construyeron un universo de 30 a 40 veces más grande que el original en el que emplearon 1.800 metros cúbicos de hormigón y 50 toneladas de acero. Las huellas de diez metros que Andy ha dejado impresa en el cemento recuerdan que el dueño de los juguetes puede regresar en cualquier momento y romperse el encanto de la nueva tierra.