Las islas desiertas de la urbe

La naturaleza, objeto de culto y estudio de numerosos virtuosos, adquiere nuevas connotaciones en el realismo de Jorge Yeregui. Sus 42 fotografías inspiradas en el hombre y su entorno, transmiten la bifurcación existente en la esencia del día a día, donde el paisaje natural y la urbe se funden en un mismo contexto. «Para mí, la fotografía es una herramienta de investigación», afirma el artista de Santander.

Un mestizaje bucólico que estudia el carácter bipolar del ser humano en lucha permanente entre origen y evolución. El otoño trae al arquitecto cántabro a navegar por aguas andaluzas el próximo día 16. Su obra, una exposición cargada de simbolismo, podrá verse en la gaditana sala la Kursala. «El paisaje casi siempre ha estado condicionado por las convenciones culturales de cada época y de cada lugar. Ahora el paisaje no se construye sino que se reconoce», subraya Yeregui. La muestra alberga tres escalas del paisaje. El fotógrafo sumerge su objetivo en los entornos metropolitanos abandonados de la Bahía de Cádiz, Sevilla y la red de carreteras de todo el país. Los soldados verdes aprovechan este desidia para reconquistar la tierra y devolverle su forma original. La primera escala, 'Cotacero' propone una aventura suburbana por la Bahía de Cádiz. Un paseo por las infraestructuras que viven en universos abandonados. Esta muestra toma como referencia las perspectivas artísticas de Richard Long y Robert Smithson. El artista lleva a cabo un estudio de estas áreas, mediante imágenes que inciden en su relieve original, y las completa con información relativa al tipo de operación propuesta, la superficie planeada y el año en que se proyectó. De esta forma, construye una imagen bisagra entre el paisaje natural y el paisaje urbano, entre el paisaje realista y el paisaje imaginado.

La sala Kursala alberga también en sus paredes la propuesta 'En el camino'. Esta secuencia de fotografías toma como protagonistas a las arquitecturas inacabadas, que ven pasar el tiempo allí donde habita el olvido. Su debilidad provoca que sean presas fáciles para las garras de los paisajes naturales.

Thomas Scheiderbauer encuentra las palabras para dibujar estos universos. «Las pre-ruinas son ilusiones frustradas, pararon su proyección y construcción en mitad del proceso..... En cada caso su preconclusión transmite una sensación dramática, incluso trágica».

Sin supervisión

Finalmente, completa el dibujo la serie 'Sitescape', que investiga el proceso acelerado de crecimiento de las grandes urbes en pro del fenómeno turístico o la celebración de grandes eventos culturales. El planteamiento urbanístico se hace cargo de la reestructuración de estos espacios que se centran en satisfacer las necesidades de los ciudadanos. No obstante, el destino puede jugar al olvido en estos cosmos, y pueden quedar al margen de la supervisión cívica. Esta desidia permite, a ojos de Yeregui, que los árboles y la hierba recuperen su propia ley. Una apuesta a caballo entre el abandono de estas áreas y la evolución del paisaje en manos de la naturaleza.

Kursala abre sus puertas a una nueva visión de los motivos espaciales. Espejos insólitos de una sociedad en constante evolución que camina a pasos acelerados.