David López, el triunfo silencioso de un gregario fiel

David López es agradecido, porque antes que ciclista, es persona. Seguro que hubo mucha gente que sintió la muerte del masajista Chema González. Uno de ellos fue él. Coincidieron dos años en Euskaltel y cincelaron una amistad que fue creciendo con el tiempo. A sus 29 años, David lloraba de forma desconsolada en la salida de Villena, en el minuto de silencio que se guardó en memoria de Chema. Un día después levantaba los brazos y le dedicaba la victoria. No se lo dijo a nadie, ningún periodista le preguntó por esos brazos al cielo, que tenían un destino y un destinatario.

López ganaba e Igor Antón mantenía su liderato. ¿Quién es el tal López? Esa es la pregunta que se oyó en la sala de prensa. Es fácil saber quién y cómo es una persona cuando se le escucha decir que «este es mi mejor triunfo junto con la victoria de Valverde en la Vuelta a España». El 'tal López' es el corredor que siempre le pide Valverde a Eusebio Unzue cuando va a una carrera. Si son nueve los que corren, van Valverde, López y otros siete. «La entrada a Alcoi, con tanta gente, ha sido el mejor momento de mi carrera», decía.

David López había sobrevivido a una escapada en la que también estuvieron, entre otros, Caruso, Kreuziger, Cataldo, Pujol, Rabuñal, Egoi Martínez y Barredo. Igor Antón conservó el rojo gracias al buen hacer de sus compañeros en el pelotón.