Soldados de la 2ª División de Infantería, en el avión que les lleva de regreso a casa, momentos antes de despegar de Bagdad. :: AP
MUNDO

EEUU mantendrá fuerzas especiales en Irak para combatir el terrorismo

Washington desvincula de su retirada 4.500 efectivos de asalto para colaborar con el Ejército local en golpes clave a Al-Qaida

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El «fin de la guerra», como lo definió el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, no supone el fin de las acciones antiterroristas y las patrullas en las calles de Irak. Las unidades americanas seguirán trabajando mano a mano con las fuerzas locales en puntos calientes como Mosul, Diyala o Kirkuk, tres de las heridas abiertas en el nuevo Irak post Sadam.

El responsable de prensa del Pentágono, Geoff Morrell, confirmó que la lucha contra el terrorismo seguirá siendo prioritaria. Por ello el personal americano no dejará de tomar parte en «acciones conjuntas con sus aliados iraquíes». Este extremo queda reforzado con la presencia de 4.500 efectivos de las fuerzas especiales.

Los éxitos recientes del trabajo conjunto se vieron el pasado mes de abril cuando se consiguió acabar con la vida de tres líderes insurgentes en apenas 48 horas. Abu Ayyub Al Masri, líder de Al-Qaida en Irak, Abu Omar Al Bagdadi, cabecilla del Estado Islámico de Irak -grupo que concentra a las formaciones radicales suníes- y Ahmed Al Obeidi, jefe de Al-Qaida en las conflictivas provincias de Kirkuk, Salahadín y Nínive. Eran tres de los hombres más buscados del país, pero sus puestos no tardaron en ser cubiertos como se ha visto en los ataques de las últimas semanas.

Al menos 52.000 soldados americanos permanecen en Irak 24 horas después de la sigilosa salida de las últimas unidades de combate en la noche del miércoles, que se produjo con casi dos semanas de adelanto respecto a la fecha prevista. Dos mil de ellos volverán a su casa antes del 31 de agosto. «Cuando invades un país debe haber un primer soldado en entrar y un último en salir», reflexionaba en 'The Independent' el periodista Robert Fisk que apunta que «la enfermedad continúa en suelo iraquí». Esa «enfermedad» cambia de forma y pasa a llamarse 'Operación nuevo amanecer' y en ella tomarán parte 50.000 soldados americanos hasta diciembre de 2011.

La nueva cara de la invasión mezcla los uniformes con los trajes y corbatas de las oficinas de la enorme Embajada de Bagdad y los cuatro consulados asignados a Mosul, Kirkuk, Arbil y Basora. Las nuevas sedes diplomáticas estarán protegidas «por un ejército de unos siete mil efectivos guardas privados», según adelantó 'The New York Times'.