García, con la obra que acaba de publicar y el Río San Pedro, a su paso por Los Toruños, de fondo. :: A. J.
Ciudadanos

Una estación para aves de paso

Rafael García, autor de una guía recién editada, refleja cómo parte de las especies que antes emigraban al sur se asientan en la provincia Miles de 'turistas alados' utilizan el parque de la Bahía como área de descanso

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Esto es como un área de servicio. Aquí acumulan grasas, para seguir su viaje hacia el sur». Así describe Rafael García el concurrido tráfico habitual que discurre por la Bahía, aunque no el que va sobre cuatro ruedas, sino gracias a dos alas.

Este agente medioambiental presentaba hace unos días una guía sobre aves acuáticas y marinas del parque natural y su entorno. Por su experiencia, García se presenta como un más que contrastado testigo del trasiego que se vive año tras año.

La población estable comparte estancia durante meses con la migratoria, en la que tiene mucha importancia la que llega del norte de Europa para invernar. Su permanencia depende de las lluvias. En años secos llegan a concentrarse hasta 12.000 silbones, pero si hay una buena pluviometría, no se quedan. Algunas especies han ido cambiando de hábitos. «La cigüeña negra era una especie viajera. Pasaba todos los años camino de África, pero, ya sea por el cambio climático o por otros factores, desde hace unos diez años se queda en la provincia», desvela Rafael. Así, la población estable ha pasado de los dos a los 30 ejemplares.

Ellos no han pasado de todos modos por problemas de aclimatación. «Dentro del maremágnum de zonas urbanas, carreteras y el tren, parece que lo tendrían difícil, pero terminan por adaptarse», valora en positivo el autor de la guía.

Entre los visitante habituales hay algunos, como el correlimos -caracterizado por su velocidad en el vuelo-, cuya población puede llegar a los 15.000 durante la época de las invernaciones. «Dicen que el halcón o el vencejo son los más rápidos (300 kilómetros por hora en picado), pero en vuelo mantenido éste puede llega a alcanzar los 180», resalta García. Hay otros de costumbres curiosas, como la del zarrapitín macho, que suele adelantarse a la hembra en su trayecto de 4.500 kilómetros desde Siberia. Esa 'operación salida' lleva a algunos, como al archibebe común, a invertir dos o tres semanas desde su lugar de origen.

La contemplación de este panorama se convierte en un verdadero espectáculo. A la hora de adentrarse en el sugerente safari visual, Rafael recomienda llevar encima tan sólo su guía (que se puede conseguir gratis en la oficina del parque y en su centro de visitantes) y unos buenos prismáticos. Además de un ligero equipaje que permita disfrutar a fondo de la naturaleza de la Bahía.