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El inquilino de una casa dispara al propietario tras entrar a la fuerza

El arrendador aseguró que tenía autorizado el acceso a un inmueble situado en San Roque, pero fue arrestado por allanamiento de morada

ÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Una historia rara; una trifulca que se fue de las manos y dos detenidos que habían solicitado previamente la presencia de la Guardia Civil. Los mismos agentes que acudieron en respuesta a sus llamadas, terminaron arrestándolos a los dos. Una pelea entre inquilinos y propietario, ocurrida el martes en una vivienda de San Roque, en la que hubo hasta un arma de fuego de por medio.

El primer aviso llegó al cuartel del Instituto Armado. Una ciudadana británica alertaba a los funcionarios de que tres individuos habían tratado de acceder a la fuerza a su casa, enclavada en la parte más alejada de la costa de Sotogrande. A primera vista podría tratarse de un robo en grado de tentativa. Sin embargo, un dato aportado por la supuesta víctima desconcertó a los agentes. Uno de los tres sospechosos es el propietario de la casa. La mujer que les había llamado es su inquilina.

Un segundo aviso

Mientras dos patrullas se dirigían hacia el domicilio de la denunciante, en la calle Fatiga, los guardias recibieron una nueva información. Esta vez el 112 alertaba de otra llamada que procedía del mismo lugar. Una persona aseguraba que un hombre le había disparado, aunque no le había alcanzado. La dirección que facilitaba coincidía con la que tenían los funcionarios policiales.

Al llegar a la vivienda, la Guardia Civil se entrevistó con un matrimonio inglés. La mujer confirmó que había sido ella quien les había telefoneado. La denunciante les relató que su casero, en compañía de dos personas más, había tratado de entrar en la casa para echarles de la vivienda. Como no consiguieron que les abrieran, optaron por fracturar el cristal de una ventana para colarse. Esta mujer también les acusó de haberla golpeado. Cuando los agentes se encontraban tomándoles manifestación, el dueño de la vivienda apareció para denunciar al matrimonio y enredar aún más la historia. Este individuo indicó que mediante contrato tenía autorizada la entrada en la casa pero que sus inquilinos no se lo permitieron. Y que la respuesta que obtuvo fue el disparo de un escopeta de caza que no le alcanzó.

El marido de la denunciante reconoció que había utilizado un arma que tiene consigo desde hace 28 años y que había adquirido en Australia. Se trata de un modelo común Ithaca del calibre 12. Sin embargo, no pudo acreditar la procedencia legal de la escopeta ni cómo había efectuado su importación. Por este motivo, la Guardia Civil procedió a detenerlo por tenencia ilícita de armas. A su vez, el dueño de la casa tampoco se libró del arresto y fue conducido al cuartel por supuesto allanamiento de morada.