Rafa Verdú

Son muchas las veces que he escuchado aquello de «este hombre ya no está para estos trotes» tras el lento paso de Rafa Verdú. Reconozco que puede que incluso haya salido de mi boca, pero a día de hoy no puedo tener más que palabras de reconocimiento para el presidente de honor del Xerez. Tal como está la cosa en el consejo de administración del Deportivo no sé hasta que punto se puede seguir afirmando que el bueno de Rafa continúa ostentando su cargo, pero sea de manera oficial u oficiosa, el hombre está siendo el único que está dando la cara por el Xerez. Verdú se siente con esa obligación y estoy convencido de que continuará realizándola hasta que su salud se lo permita -pues no hay que olvidar que Rafa ya ha superado los ochenta-.

No ha querido perderse ninguna de las presentaciones de los fichajes que Viqueira ha realizado, ha representado al Xerez en todos y cada uno de los amistosos de pretemporada y ya tiene la maleta preparada para viajar por todos los campos de Segunda División.

Defendiendo los colores del Xerez sobre el campo se ganó el cariño de la hinchada azulina y ahora que el tiempo le ha colocado al frente del autobús azulino hay que quitarse el sombrero con un hombre que tiene todos mis respetos. Es cierto que realiza una función meramente representativa, pero quizás si no estuviera él se criticaría y se echaría en falta que nadie llevara el estandarte del club.

Y es que el fácil criticar cuando el hombre se sentó en el palco del Bernabéu, pero quizás no lo es tanto cuando el llanero solitario -como él mismo se ha bautizado- se acomoda en los asientos rotos de El Palmar o del Navarro Flores.

Por otra parte y siguiendo con el consejo de administración: lo mejor que le puedo ocurrir al Xerez es que siga en el aire. La función de los consejeros ha quedado relegada a la de la representación mientras los administradores tengan el mando. Además, Jesús Rodríguez no está por la labor de volver a dejar en las manos de Morales el club cuando esté limpito y saneado. Esperaremos...