Los aspirantes esperanzados en la apertura de la bolsa de adopción de la Administración autonómica se toparán con apenas 50 niños para toda Andalucía. :: LA VOZ
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La utopía de la adopción

Sólo 47 niños para toda Andalucía están en la bolsa de adoptables de la Junta, que se abrirá a finales de año tras una década cerrada La crisis y las trabas burocráticas complican más el proceso

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Es el más difícil todavía. El anhelo y el convencimiento que muchas parejas gaditanas tienen por adoptar a un niño y formar o aumentar su familia no encuentra asidero para mantener la esperanza. Si la posibilidad de embarcarse en una adopción internacional es ahora más complicada por las dificultades económicas y el cerrojazo de varios países a renunciar a la tutela de sus niños, la vía nacional no se antoja mucho más fácil. Por primera vez desde finales de los noventa, la Junta de Andalucía abrirá a finales de año la bolsa de adopción para que las parejas que han obtenido el certificado de idoneidad opten a convertirse en los padres de un niño o niña. Pero el embudo es demasiado pequeño. En estos momentos sólo 47 menores forman parte de ese cupo para los demandantes de toda la región.

«Esto es un logro del sistema, porque significa que los menores están donde tienen que estar: con sus familias». Fuentes de la delegación provincial de Bienestar Social que proporcionaron este dato, reiteraron que el objetivo de la Junta durante los últimos años ha sido fomentar el acogimiento familiar en sus distintas modalidades, que es la alternativa al ingreso en un centro de acogida. La idea es que el menor, aunque permanezca bajo la tutela de la Administración andaluza a través de la Dirección General de Familia e Infancia, desarrolle una vida normal como cualquier crío y en un núcleo familiar estable. Así, los niños que carecen de parientes directos como tíos o abuelos, convivan con otras familias de forma temporal.

6.416 niños tutelados

Actualmente los centros de protección de menores acogen a un total de 2.758 niños andaluces, mientras que otros 3.658 conviven con familias de acogida, de los que 2.944 de ellos lo hacen con familia extensa. En total son 6.416 los menores tutelados por la Junta de Andalucía en estos momentos. Y a día de hoy sólo 47 podrán ser adoptados de forma definitiva. «Para que un niño sea susceptible de ser adoptado en Andalucía, primero, tal y como establece nuestro sistema, antes ha habido un proceso, incluso judicial, que lleva un tiempo para que la familia biológica pueda presentar las alegaciones que les parezca oportuno». La consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, explicó que la mayoría de los menores tutelados por la administración andaluza susceptibles de ser adoptados son grupos de hermanos. «Esto supone una dificultad añadida, porque no todas la familias están dispuestas a adoptar a grupos de hermanos. Lo mismo sucede con los menores con necesidades especiales, cuya adopción se prioriza por encima de las demás». De hecho, de esos 47 críos que ahora mismo componen la bolsa de adopción, 38 presentan este perfil. Se trata de niños con alguna enfermedades grave, discapacidad, portadores del virus VIH; o bien de núcleos de hermanos a los que Bienestar Social no separa.

Priorizar la acogida

La apuesta clara de la Administración autonómica porque los niños regresen con sus progenitores también se evidencia en la maquinaria de sus Equipos de Tratamiento Familiar, integrados por 570 personas que en estos momentos se encargan de 10.000 niños y 4.900 familias. De estas cifras se puede deducir por qué los niños que ahora podrían ser adoptados no llegan a los cincuenta. «Se ha demostrado que el acogimiento familiar es una de las mejores formas de darle estabilidad emocional y seguridad a los menores y para las familias es una experiencia muy positiva también».

No obstante, y pese al éxito del programa, muchos padres no se conforman con incrementar la familia sólo durante unos meses. Es más, lo consideran negativo porque entienden que la separación será una experiencia traumática para ellos mismos y para sus hijos biológicos. Por eso la adopción sigue siendo el camino favorito, aunque también es el que presenta más obstáculos. El último y más demoledor: el dinero. «La gente ya no puede pagar 30.000 euros para adoptar un niño. Es un dineral y la situación económica no es la misma que hace varios años». Manuel Camacho, portavoz de la asociación Afania, de Sanlúcar de Barrameda, confirmó el bajón que han experimentado las adopciones internacionales. Pese a que no existen referencias oficiales, este colectivo es un ejemplo de la reducción de peticiones de ayuda que se han producido desde que se recrudeció la crisis. «Y a esto hay que sumarle que los países donde se tramitaban la mayoría de adopciones, como China que copaba aproximadamente el 90%, han cortado el grifo». Camacho aseguró que esta situación es extensible a otros casos como Rusia, Vietnam, Kazajstán y Rumanía. Pese a que el panorama es bastante desalentador, hay parejas que no pierden la esperanza y se agarran a cualquier dato positivo. «Ahora sí, se están abriendo otras posibilidades para adoptar niños de Brasil, Mali, Colombia, la República Dominicana o Bulgaria».