Enrique Jiménez ha luchado contra el narcotráfico durante 18 años en Sevilla. :: LOLA RODRÍGUEZ
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«Controlamos el comercio de alcohol y el ruido pero el botellón tiene difícil solución»

Enrique Jiménez Moreno Comisario de la Policía Nacional de El PuertoEl nuevo responsable de la comisaría portuense asegura que las investigaciones y las redadas han reducido la venta de estupefacientes

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Ingresó en la Policía Nacional en 1979 y su primer destino fue San Sebastián. Después Sevilla, donde estuvo 18 años trabajando contra el tráfico de drogas en el Grupo de Estupefacentes y en la Unidad Contra la Delincuencia y el Crimen Organizado. Posteriormente, fue inspector jefe en Alcalá de Guadaíra y de nuevo pasó a Sevilla, hasta que el pasado marzo se hizo cargo de la comisaría portuense, una de las demarcaciones más complicadas de la Bahía.

-¿Aumenta el índice de delincuencia durante los meses de verano?

-La situación no ha variado mucho. Seguimos en la misma tónica que en años anteriores. No ha habido un repunte.

-Con la incorporación de 52 agentes, habrá una plantilla de 472 para El Puerto y Puerto Real, ¿considera que son suficientes?

-Suficientes no son nunca. Pero en este caso sí es un número adecuado. Además salen ganando las dos ciudades, porque aunque cien estén destinados a Puerto Real, los demás prestarán apoyo cada vez que sea necesario.

-Uno de los lastres que arrastra El Puerto es el núcleo marginal de José Antonio, La Inmaculada...

-La situación se viene arrastrando desde hace varios años. Se les llama barriadas marginales, pero yo prefiero llamarlas problemáticas, porque no toda la gente que vive allí son delincuentes, sino ciudadanos normales que sufren la lacra provocada por otros que sí delinquen. Hace unos años, esto era el economato de droga de la Bahía, pero se ha reducido mucho por la presencia policial, las redadas, los registros, las investigaciones puntuales y en definitiva, las labores preventivas. Ha tenido como consecuencia la bajada en el tráfico de drogas en los últimos tres o cuatro años. Ha bajado mucho, pero dentro de unos límites.

-Los vecinos de estas barriadas no denuncian a los que cometen delitos por miedo, ¿qué les diría?

-Pues que han de perder ese miedo. Que nos llamen sin identificarse. Porque para darle respuesta a esta situación necesitamos la ayuda de los ciudadanos. Nosotros no tenemos una bola de cristal para saber dónde están vendiendo droga en cada momento.

-¿Y la prostitución también se ha reducido?

-En España la prostitución no es delito. Nosotros podemos hacer actuaciones preventivas para comprobar que no se está cometiendo ninguna ilegalidad como la implicación de menores de edad. Pero este problema ha de ser resuelto por otros estamentos.

-¿Siguen las chicas en los puntos habituales?

-Sí, en Valdelagrana. Quizá de un modo algo menos compacto... pero sin llegar a ser alarmante.

-¿Encuentran colaboración en estas chicas a la hora de investigar para perseguir a los proxenetas?

-Eso depende del tipo de prostituta. No todas se mueven por los mismos parámetros. Siempre hay algún caso en el que se ponen en contacto con nosotros. Y por supuesto, garantizamos su confidencialidad. Pero en general es muy difícil que una mujer declare en contra del que la está explotando. Otras, en cambio, tampoco hacen nada por demostrarlo. En cualquier caso, nuestra obligación es investigar.

-A pesar de que el Ayuntamiento de El Puerto tiene marcado el Paseo Tejada como zona autorizada para el botellón, los jóvenes se concentran en otros puntos...

-Nuestra obligación es controlar los establecimientos de venta y los niveles de ruido. Y por supuesto, apoyar a la Policía Local, pero el botellón es un problema de difícil solución.

-Una de sus primeras decisiones ha sido destinar una unidad de diez agentes para atender las zonas rurales en las que los agricultores padecen robos continuos...

-El índice de delincuencia en el campo es el mismo que en la ciudad. Se cometen delitos, sí, pero tampoco es algo disparatado. Hemos creado esta unidad porque era necesario, teniendo en cuenta que el resto del cuerpo también va a apoyar cuando sea preciso.