SAN FERNANDO

Una búsqueda de contradicciones

La investigación sobre el paradero del isleño tiene demasiados frentes abiertos y varias incoherencias que continúan sin resolverse Rafael Torrejón desapareció en México hace tres años sin dejar rastro

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Una familia rota ya a la espera de noticias. Años de sufrimientos y de preguntas sin resolver. Un investigación que no ha conseguido arrojar luz a la pérdida de un hijo. Tres años se van a cumplir desde que el isleño Rafael Torrejón desapareciera en México, sin que se haya producido ninguna novedad o avance respecto al caso.

De hecho, existen múltiples contradicciones e incoherencias en las declaraciones de los testigos, que de poco han servido a las Fuerzas de Seguridad de México para esclarecer lo que ocurrió aquel 2 de septiembre de 2007, cuando Torrejón fue visto por última vez animando al Real Madrid en un bar de la ciudad de Mexicali, junto a su novia, Celia Santiago (también desaparecida).

El suceso es bien conocido por Hugo Ruvalcaba, un periodista mexicano especializado en las desapariciones extrañas que tienen lugar en su país, sobre todo, de españoles. Desde hace años sigue el caso de Torrejón con ahínco, atraído por las lagunas que ha encontrado en los diferentes informes y documentos policiales. Una de estas lagunas -recuerda Ruvalcaba- se encuentra en a la declaración policial de Juan Carlos Barcia, el socio de Torrejón en el negocio hotelero que el isleño regentaba en Mexicali. Este hombre aseguró a las autoridades mejicanas que recibió unas llamadas desde el teléfono de Torrejón, en las que un desconocido pedía un rescate de varios miles de dólares por su socio. Sin embargo, poco después reveló que lo había inventado todo porque, según él, estaba asustado.

El coche de Rafael también está rodeado de misterios, pues si bien desapareció con su dueño, la madre de la novia tiene un documento que garantiza que el vehículo fue encontrado. Sin embargo, hasta ahora no se ha vuelto a saber de él.

Además, la madre de Celia ha recibido numerosas amenazas de muerte para que deje de buscar a su hija y al isleño. Al investigar estas amenazas, se descubrió que las llamadas se realizaron en la Ciudad de Puebla, en el centro del país, a 3.000 kilómetros de distancia de Mexicali.

Otro problema al que se enfrentó la investigación fue la muerte del principal responsable del caso hace año y medio, que fue sustituido por otros investigadores que iniciaron las pesquisas desde cero, con todas las dificultad que eso conlleva: entre otras, no encontrar a la mayoría de testigos. Mientras, el tiempo pasa, y en San Fernando la familia de Torrejón sigue viviendo pendiente del teléfono y pidiendo ayuda a las autoridades españolas, que tampoco han dado hasta ahora respuestas suficientes.