Economia

Las pruebas de solvencia de la banca dan un balón de oxígeno a Zapatero

Es la única iniciativa del presidente del Gobierno que ha recibido un aplauso generalizado

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En vísperas de la cumbre europea del 17 de junio, España se encontraba al borde del precipicio. De nuevo un periódico alemán, el 'Frankfurter Allgemeine Zeitung', afirmaba que este país iba a seguir los pasos de Grecia y recurrir al fondo de rescate de la UE de 750.000 millones de euros. El diario citaba fuentes del Gobierno alemán, lo que daba credibilidad al rumor pese a los desmentidos del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. La prima de riesgo se disparaba hasta los 223 puntos, un récord desde la entrada en el euro. La desconfianza era tal que los mercados mayoristas se negaban a financiar a las empresas y bancos españoles. Sequía total de crédito. De seguir así las cosas, advertían en diversos ámbitos, se cumpliría la profecía y no quedaría más remedio que agachar la cabeza y pedir ayuda a Europa.

Hoy la situación es algo mejor, aunque está muy lejos de normalizarse. La prima de riesgo ha descendido de forma considerable. El viernes rondaba los 156 puntos, pero a principios de semana llegó a descender por debajo de los 140. Los mercados se han entreabierto para las firmas nacionales, como lo demuestra el hecho de que BBVA, Santander y Bankinter hayan colocado sin problemas sus emisiones de deuda, aunque eso sí, a precios altos. La mejoría es clara y también su origen: la publicación de los test de estrés de la banca, una de las contadas iniciativas de José Luis Rodríguez Zapatero, por no decir la única, que ha recibido el aplauso generalizado tanto dentro como fuera de casa. El reconocimiento ha sido tal que incluso ha permitido al abatido presidente del Gobierno levantar cabeza y presumir de que en el primer semestre del año «las cosas se han ido poniendo en su sitio y ha mejorado la credibilidad de la economía española». No está mal teniendo en cuenta que acaba de aprobar en solitario y con el paro en máximos históricos una reforma laboral que ha desatado una masiva oleada de críticas.

Como es sabido, Zapatero anunció durante esa cumbre del 17 de junio, la última como presidente de turno de la UE, su intención de hacer públicas las pruebas de resistencia de la banca española y obligó al resto de socios a seguir su ejemplo, pese a las reticencias iniciales de la canciller alemana, Angela Merkel. También son conocidos los resultados de los exámenes. Con ellos ha quedado demostrada la solvencia de las entidades nacionales dado que sólo han 'suspendido' cuatro grupos de cajas -sin contar Cajasur, ya adjudicada a la BBK- y eso que los escenarios contemplados por el Banco de España eran mucho más duros que los del resto de países: por ejemplo, una caída del precio de la vivienda del 23% y del 55% de las oficinas frente al 2% previsto por su homólogo italiano. Y, lo más importante, en España se 'desnudó' al 95% del sector mientras que los demás solo enseñaron las entrañas de las firmas más fuertes.

Dulce venganza

Tanta transparencia ha tenido su recompensa. Hasta el 'Financial Times' presentaba este semana a España como la gran vencedora de las pruebas frente a Alemania, a la que reprochaba haber ocultado datos de seis de sus bancos. Una dulce venganza contra el país del que partieron los rumores sobre la supuesta solicitud de rescate del Gobierno de Zapatero a la UE. En definitiva, la iniciativa ha resultado un indiscutible éxito y, como ocurre siempre que algo funciona, ahora todas las partes implicadas se atribuyen el mérito de la idea o, al menos, un papel protagonista en su génesis.

Como era de esperar, fuentes de la Moncloa ponen todas las medallas al presidente del Ejecutivo. Según relatan, comenzó a darle vueltas después de ver cómo el acuerdo de la UE para habilitar un millonario fondo de rescate de 750.000 millones en el fin de semana del 8-9 de mayo apenas calmaba los mercados y que tampoco los duros ajustes para reducir el déficit y las reformas lanzadas lo conseguían. Los especuladores seguían cargando con fuerza contra la deuda española. «Para entonces el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS) había comenzado a hacer los test de estrés a las 26 grandes entidades europeas y se sabía que los dos bancos españoles incluidos en la lista -el Santander y el BBVA- quedaban entre los mejor calificados», precisan. De acuerdo con esas mismas fuentes, el lunes 14 de junio la decisión política de publicar las pruebas estaba tomada. Era algo que no se había hecho nunca en Europa pero sí en Estados Unidos en 2009 y con muy buenos resultados porque permitió acabar con la incertidumbre creada tras la quiebra de Lehman Brothers.

En la Moncloa aseguran que Zapatero tuvo que convencer incluso a los responsables de Economía de su equipo, con Elena Salgado a la cabeza, no muy partidarios al principio de publicar unos datos considerados confidenciales. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anunció oficialmente el miércoles 16 de junio su intención de «hacer público el resultado de las pruebas de estrés realizadas a todas las entidades para que los mercados conozcan perfectamente la situación del sistema bancario español».

La jugada no podía salir mal: se especulaba con que la banca española, y especialmente las cajas de ahorros, tenían unas necesidades de capital superiores a los 100.000 millones de euros debido a su exposición al sector inmobiliario. Pero para entonces ya estaba encauzada la reestructuración de las cajas y el Banco de España conocía al dedillo su situación y que las 'ayudas' que iban a solicitar apenas ascendían a 12.000 millones.

Con estos datos acudió Zapatero a la cumbre del día 17 en la que tanto se especulaba con un posible plan de rescate a España. Según fuentes cercanas al jefe del Gobierno, «él expuso su propuesta para publicar las pruebas de solvencia de la banca al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, y al de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en el desayuno de preparación del encuentro y consiguió que se convirtiera en el principal tema a debate».

Si bien nadie discute que Zapatero arrastró al resto de socios de la UE con su órdago, fuentes del sector recuerdan el apoyo que el presidente ha recibido de la propia banca en esta iniciativa y, en especial, del presidente de la AEB, Miguel Martín, que ya en un discurso de septiembre de 2009 apuntaba «que las entidades españolas habían salido muy bien en los test de estrés». No ocurrió lo mismo en Alemania, donde el 'lobby' financiero maniobró para evitar la difusión de los resultados. «Es algo muy, muy peligroso», dijo el consejero delegado del Deutsche Bank, Josef Ackermann.

Aunque un indudable acierto, la publicación de las pruebas de resistencia tan solo despeja algo el panorama. «Pero todavía queda mucha incertidumbre en torno a la economía española», advierte José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup en España.