Solvencia financiera

El Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS) dio ayer publicidad, tras el cierre de las bolsas, a las pruebas de esfuerzo de 91 entidades financieras europeas, 27 de las cuales son españolas (ocho bancos y diecinueve cajas). Dichas pruebas son, en esencia, simulaciones que miden el comportamiento de las entidades en tres escenarios adversos caracterizados por parámetros (PIB, empleo, tipos de interés, etc.) que van deteriorándose. Estos análisis son semejantes a las pruebas de carga a que se someten las infraestructuras antes de abrirlas al uso público. España, que anunció que daría publicidad a los tests y presionó con éxito en Bruselas para que se diera publicidad a estas pruebas, ha sido el único país que, un tanto ingenuamente, ha sometido a examen a prácticamente todo su sistema bancario. Y el resultado ha sido bueno, aunque nuestro país acapara cinco de los siete suspensos: los nueve bancos han aprobado con nota -Banca March, Santander y BBVA son los más solventes- y las cajas que tienen problemas -cuatro grupos más Cajasur- son las que han entrado en procesos de fusión con ayuda del FROB (requerirán apenas 2.043 millones de euros). De las demás entidades europeas, sólo han suspendido un banco alemán y otro griego. Las pruebas de esfuerzo no son la panacea que genere automáticamente la confianza de los mercados; sin embargo, sí constituyen un referente sólido que afirma la capacidad de nuestro país para cumplir sus compromisos, responder de su deuda y salir a buen paso de la crisis global. España padeció una grave crisis bancaria en los ochenta, que fue resuelta con mano diestra por el Banco de España, comandado entonces por Mariano Rubio, personaje que, a pesar de ciertos errores que mancharon su integridad, está siendo hoy reivindicado como el creador de un sistema de supervisión y control que mantiene toda su vigencia y que ha permitido a nuestro sistema financiero capear el temporal de la recesión con cierta soltura. De hecho, está sirviendo de modelo a varios países europeos y a la propia UE. Es claro, y así lo ha visto el actual gobernador, Fernández Ordóñez, que tenemos que persistir en esta exigente dirección.