Pilar Sánchez, en su visita a San José Obrero el lunes. :: J. FERNÁNDEZ
Jerez

Las incógnitas que rodean a la alcaldesa

Los numerosos frentes que tiene abiertos están erosionando su imagenNo todos en el PSOE están seguros en estos momentos de que Pilar Sánchez vaya a repetir como candidata a la Alcaldía de Jerez

JEREZ. Actualizado: Guardar
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No deja indiferente a nadie. Eso está claro desde hace tiempo. Para bien y para mal, levanta pasiones para bien y para mal, incluso entre muchos de los que se supone que deberían estar de su lado, gente de su propio partido (PSOE) que están deseando que desaparezca del mapa político local. Ni la histórica mayoría absoluta lograda en las pasadas elecciones municipales le han valido para ganarse sus simpatías. Le echan en cara muchas cosas: una serie de decisiones controvertidas en, eso sí, la peor época que le podía tocar gobernar -como le gusta repetir a ella siempre que tiene ocasión-; una gestión excesivamente personalista y en la que tampoco ha sabido ganarse a sus 'rivales' dentro del propio Partido Socialista, los denominados críticos; incapacidad para afrontar los grandes problemas de la ciudad; la contratación de un número excesivo de asesores y que incluyese entre ellos a su marido... La dilapidación, en definitiva, de la histórica mayoría absoluta conseguida en 2007.

Y son muchos los frentes que tiene actualmente abiertos que pueden dañar aún más su imagen y su posición dentro del PSOE. Hay quien, incluso, señala que el devenir de varios de ellos podrían condicionar su futuro como cabeza de lista en las próximas elecciones municipales. La lista es larga: la denuncia de Pedro Pacheco por la contratación de los asesores, en la que, de momento, figura como imputada, aunque la juez aún no se ha pronunciado; los indicios que ve Anticorrupción de una posible ayuda irregular concedida a una empresa para que se instalase en el PTA -ojo con este asunto, que ya ha traspasado las fronteras jerezanas y pulula por algún despacho importante-; la falta de liquidez del Ayuntamiento y los problemas para pagar las nóminas de los trabajadores municipales; la crisis interna del partido en Jerez...

La decisión

El PSOE debe tomar una decisión sobre si, finalmente, Pilar Sánchez será su candidata a la Alcaldía. Dice que, como en el resto de ciudades de más de 50.000 habitantes, lo hará a partir del próximo mes de septiembre, aunque a ella le gustase que al menos en su caso fuese antes. Pero esa decisión no es fácil, por mucho que destacados dirigentes de la formación socialista -entre ellos el propio Griñán- hayan dicho ya públicamente que no hay razones para que no vuelva a ser su alcaldable. Por varios motivos, pero sobre todo porque tiene como norma que todos los que tienen la vara de mando en un municipio opten a repetir; es decir, que sean, en todo caso, los ciudadanos los que decidan si debe continuar o no.

Pero en este caso se dan una serie de circunstancias añadidas, además de las ya reseñadas. Por ejemplo, que Jerez se considera una plaza clave para el PSOE, más allá de por tratarse de la quinta con más habitantes de Andalucía. De los resultados obtenidos podría depender mantener o perder el gobierno de la Diputación Provincial. Y los augurios no son precisamente buenos. Más bien todo lo contrarios. O por lo menos eso es lo que dicen las encuestas que se manejan, que dibujan a un PP al borde de la mayoría absoluta y un PSOE cuesta abajo y sin frenos. Y, lo que posiblemente sea todavía más grave para sus intereses, sin que se vean posibles opciones de pacto de gobierno con ningún otro partido, exceptuando, quizá, Izquierda Unida. se antoja imposible, en estos momentos, que nadie quiera pactar con Pilar Sánchez. No estaría bien visto, porque ella es poco menos que la culpable de prácticamente todos los males de la ciudad para buena parte de los jerezanos. No hay más que pasarse por la calle Consistorio cualquier mañana o leer las noticias de Jerez en los periódicos para comprobarlo.

No lo tiene fácil

La verdad es que también se lo están poniendo bastante complicado a ella. Indudablemente, tiene a gente importante en el partido que la defiende, pero también son muchos los que hacen tiempo que dejaron de hacerlo y que consideran que es necesario un cambio para evitar en naufragio de las siglas en Jerez, con todo lo que eso implicaría. La cuestión es quién impondrá su criterio. Si prevalecerá la norma de que el PSOE siempre mantiene a sus alcaldes como candidatos o si, por el contrario, se impondrán los que consideran que hay que darle un volantazo a la situación para evitar una debacle electoral.

Nadie puede, en estos momentos predecir con unas garantías mínimas qué es lo que va a pasar. Unos y otros, los amigos y los del bando contrario, los pilaristas y los críticos -también apodados desde hace tiempo como 'díscolos'- están moviendo ficha. Es como una partida de ajedrez, en la que, eso sí, no están permitidas las tablas, aunque hubiese quien las firmaría ahora. Lo peor es que todo esto está influyendo, por mucho que se trate de disimularlo, en la gestión del día a día del Ayuntamiento de Jerez, y, en consecuencia, en todos los ciudadanos.

Eso sí, más de uno apostaría algo a que entre septiembre y octubre quedarán resueltas las incógnitas. Otra cuestión es si será para bien o para mal.