La familia Rodríguez- Montalvo, en la cola del súper, vivían ayer los prolegómenos del partido con los nervios a flor de piel. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

Toda la ilusión metida en un carrito

Como ellos, muchos gaditanos acudieron ayer a los supermercados para que nada falte en las mesas durante la esperada cita deportiva Cristóbal, Carmen, Andrés y Rosa hicieron acopio de viandas para disfrutar la final en familia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La ilusión que se vive con los preparativos de la final del Mundial no tiene precio. Para todo lo demás.... tortillitas de camarones! «Y muchos goles. Ojalá. Yo digo que vamos a ganar por 2-0». La generosa bolsa de la sección de congelados preside un carrito de la compra lleno hasta la bandera... rojigualda, claro. Como el rojo y amarillo que también luce Cristóbal en su camiseta. «No sabemos cuántas veces la hemos lavado ya. No se pone otra cosa desde que empezó el Mundial». Como tiene que ser, sí señor. El jugador número doce enfila la cola del súper con un carrito en el que no falta de nada.

Patatas fritas, pizzas, frutos secos, embutidos, refrescos, cerveza, heladitos para el postre y por si alguien se queda con hambre -la noche puede ser muy larga-, varios 'packs' de natillas y donuts... lo que viene a ser un menú completo de fiesta para disfrutar de la final del Campeonato Mundial de Fútbol.

En el patio de mi casa

Los Rodríguez- Montalvo reunirán en su patio a una veintena de personas. «Casi todo familia. Pero los que vayan viniendo, que traigan algo, ¿eh?». Las ganas de vivir el triunfo de la Selección Española les ha empujado, como a tantas familias y grupos de amigos en Cádiz, a hacer una compra especial para la ocasión. Es una opción más para vibrar con la cita deportiva, con el valor añadido de la ventaja para el bolsillo. «Mira, ¡traía un billete de cincuenta euros y me ha sobrado! No está mal para todo lo que llevamos». Los clientes se pasean por los pasillos del supermercado y llenan sus cestas con la compra habitual. Pero no es un sábado cualquiera. Y un comentario hace saltar la chispa del debate. «¿Por 2-0?. Yo digo que vamos a ganar por 1-0. Siempre nos toca sufrir...». La derrota no entra en los planes de nadie. «¡De eso nada! ¡Vamos a ganar!». Y por ende, ya piensan en la celebración posterior. «Saldremos a la calle a disfrutar. A saber cuándo nos vemos en otra igual».

Otros, como José Luis León y Rosario Cordón ya han hecho los deberes. Con todo preparado, salen a la calle a lucir gorra con el escudo y calmar los ánimos con un paseíto. «Uy, tendremos de todo. Chacinas, gambas, tortilla de patatas, ensaladilla, salpicón. ¡Y la cervecita que no falte! Los helados tampoco, que a mi marido le encantan». En su casa se juntarán unas ocho personas. «Ya nos hemos repartido el trabajo y cada uno llevará algo».

Pasión roja en la distancia

Pero alrededor del televisor faltarán tres miembros de la familia muy importantes. «Mis tres hijas están en Alemania. Es que vivimos allí durante 36 años. Dos de ellas están casadas con alemanes y la otra con un italiano». ¿Y cómo vivieron la semifinal?. «Ellas muy contentas, pero ellos no tanto (risas)». ¿Y los nietos?. «Bueno, depende, el mayor que tiene ocho años iba más con Alemania. Pero por supuesto que ahora van todos con España». Con el resultado no quieren sustos. «Un 2-0. Con goles de Villa y Torres... Y a ver si vemos pronto a jugadores gaditanos en la selección...».