Rafael de Leonor es el conservador-restaurador. :: MIGUEL GÓMEZ
Sociedad

El Archivo Provincial enseña sus tesoros

El edificio de la calle Cristóbal Colón alberga 105.000 cajas con documentos procedentes de 135 instituciones

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Son públicos, pero respetuosos con la privacidad de sus dueños. No hay secreto que se resista a ser desvelado, ni estudio a ser realizado gracias a ellos. Sueltos, amarillentos, carcomidos, plastificados, encuadernados, en cualquiera de sus versiones. Se pueden necesitar para comprobar el genio académico de Manuel de Falla, dar fe del testamento de un brigadier caído en la Batalla de Trafalgar o, simplemente, para solucionar un pleito entre vecinos causado por mor de los límites de sus viviendas.

Se cuentan por millones, el más antiguo data de 1530, tienen 135 orígenes diferentes, se analizan, dependiendo de su valor se catalogan y actualmente están atravesando por un largo proceso de digitalización. Son los documentos que forman parte del Archivo Histórico Provincial de Cádiz, que están a disposición de los ciudadanos, de forma gratuita, durante todo el año, pero que ayer celebraban su Día Internacional. Como una biblioteca o un museo, los archivos albergan cultura e historia en todos sus rincones pero, sin duda, son los grandes desconocidos para la ciudadanía. En su efemérides, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía organizó una jornada completa para su descubrimiento. En ella se celebraron visitas guiadas, conferencias y exposiciones.

El provincial, sito en la calle Cristóbal Colón de la capital es, en palabras de su director, Manuel Ravina, «uno de los mejores y mayores de toda Andalucía». Su depósito, esa cámara con manivelas que huele a papel y mantiene una frescura artificial, ese laberinto de pasillos y estanterías, contiene 105.000 cajas procedentes de 135 archivos diferentes. Nada más que de los protocolos notariales hay 17.000 cajas. Las administraciones autonómica y estatal conforman el grueso del suministro. El Colegio de Arquitectos es otro de sus grandes proveedores.

Derecho a la intimidad

Por el Archivo pasan desde las fichas de los beneficiarios de una ayuda social para cubrir un tratamiento bucal hasta los registros catastrales. Toneladas de papel. «Nuestro trabajo consiste en describir los documentos y valorar su utilidad para después ponerlos a disposición de investigadores, administraciones y ciudadanos», explica Ravina, que asegura que los visitantes más habituales son historiadores del arte, genealogistas, familiares interesados en la memoria histórica y, sí, los propietarios de viviendas que necesitan un detalle técnico del inmueble para solucionar o reparar una avería. Hasta un ganador de un concurso local que 20 años después de su celebración desea un documento que lo acredite.

Los técnicos, apenas un trío, hacen el trabajo y cualquiera puede rescatarlo. La sala de lectura del edificio sirve durante meses de casa de estudiosos y doctores. Atención, los archivos son públicos, pero están sujetos a un rígido control. Los protocolos notariales no se muestran hasta pasados 100 años de su escritura. Para el resto de documentos que puedan atentar contra el honor y la intimidad de las personas han de pasar 25 años si se conoce la fecha de su muerte, 50 en caso contrario.

Siguiendo la máxima de transparencia democrática y al servicio de la ciudadanía, Cultura organizó además una exposición con algunos de los documentos más curiosos o de mayor valor de su inventario. En el patio del edificio -casa de un rico comerciante portugués que cobijó a la Custodia durante la procesión del Corpus de 1692- es escenario de la muestra en la que se pueden ver 32 documentos, entre ellos, los testamentos de Fermín Salvochea y Diego Alcalá Galiano, el folleto de las letras de la comparsa de Paco Alba Los Beduinos, la partitura de 'El fandanguito de Cádiz', un manuscrito salido de la Delegación Provincial de la Sección Femenina (Movimiento Nacional) o el expediente del primer automóvil matriculado en Cádiz.

Corría el 1901. Nada hacía presagiar que esos retazos de la historia acabarían siendo objeto de un proceso de digitalización. «Lo que en este Día Internacional queremos destacar es que las políticas del uso de los archivos han cambiado notablemente en los últimos años. Se ha pasado de una tradición de hermetismo a la apertura y la adecuación a las nuevas tecnologías», subraya Ravina.