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Los inversores extranjeros pierden el interés por la costa gaditana

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Los primeros en perder el interés por la provincia fueron los británicos, cuando a mediados de 2008 se encontraron con una fuerte devaluación de la libra. La crisis había llegado y los precios en euros de la costa gaditana, que ganaba popularidad en el mercado 'guiri'.

Zonas como Vejer o Barbate empezaron a perder el tren del turismo residencial, que se había convertido en una alternativa durante los años fuertes del boom inmobiliario.

El número de operaciones cerradas con extranjeros se ha reducido tanto que ha llegado a convertirse en una mera curiosidad. Durante los tres primeros meses del año apenas se han formalizado 41 contratos de compraventa, frente a los más de 200 que se firmaban hace apenas dos años, según el informe de transacciones inmobiliarias del Ministerio de Vivienda. En este caso, los inversores eran residentes en España. Sin embargo, los que viven durante el resto del año en su país de origen y vienen para las vacaciones tampoco son más. Las inmobiliarias que se dedican a este mercado aseguran que apenas han llegado a cerrar una decena de operaciones en los dos últimos años.

La crisis y la mala imagen del sistema financiero español han sido los principales culpables de tales resultados. Otro municipios que se ha visto afectado es Chiclana, donde muchos alemanes habían adquirido su residencia de verano, pero apenas se vende un chalé desde 2008.

No obstante, los agentes prefieren ser optimistas, de cara a la subida del IVA prevista para el 1 de julio. Confían en que eso anime a los inversores y mejore los resultados. Aun así, admiten que el turismo residencial no recuperará el ritmo hasta dentro de varios años.

Las miras están puestas ahora en el mercado de vivienda habitual. El consejero delegado de la consultora inmobiliaria IREA, Mikel Echavarren, explicó ayer que los datos sobre transacciones de pisos de segunda mano evidencian «una recuperación notable», pero advirtió de que el ritmo de ventas se ha reducido «de un modo radical» en el segundo trimestre, según los datos de los que dispone. A su juicio, este parón entre abril y junio -periodo del que aún no hay cifras oficiales- se ha producido por «la volatilidad del sector» y «la falta de confianza».