CARTAS AL DIRECTOR

A mi consuegro, el Poli de Jerez

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Su nombre es Vicente Conde Gallardo. Llevamos 18 años juntos y hemos pasado muchas fatigas para sacar adelante un proyecto altruista en el que ambos nos dejamos bastante en el camino, donde quedó nuestra huella indeleble. Vive en la calle Santa María de Gracia y si quieren localizarlo fácil, lo pueden hacer por las mañanas en el Bar de Ignacio, en la misma Plazuela. Su hermano el mayor es el que le cubre desde hace unos años sus necesidades., que dicho sea de paso son pocas. Se conforma con llevarle el puchero a su María, tener para su tabaco y de vez en cuando para su cerveza. Nació en la casa del Coto, que es el solar del lateral de la iglesia de Madre de Dios. Creo que deberían conocer al Poli como lo he conocido yo y como lo han conocido otros muchos. Tiene una agenda de teléfonos de las que ya no se llevan, de esas que tienen las páginas diminutas estilo acordeón, si bien a él no le hace falta casi nunca, porque en sus hemisferios izquierdo y derecho aglutina toda la información necesaria. Al Poli les deberían pedir consejo los estadistas de hoy en día que nos han sumido en la crisis por la que atravesamos, porque él sabe llevar su casa adelante y, lo más importante, «sin pedir». Él sabe trasladarte su necesidad para que seas tú quien decidas si la puedes cubrir. Él se siente a gusto con su médico, que le llama cariñosamente «loco». Él sabe a quién trasladarle sus cábalas y curiosamente, lo hace con personas que no han dudado en ayudarle. Él sabe con quién tratar y de qué. Tiene pendiente escribir sus memorias de sus días tras una barra y de lo que escuchó y vivió. Tiene un conocimiento de cante y baile como el que más y con su carácter extrovertido consigue que te olvides de todo lo que te pueda preocupar. De su comportamiento y forma de ser tendrían que aprender muchos a los que él y yo conocemos. Mi más sentida felicitación, «consuegro», por ser como eres, y no cambies nunca. Sigue tal como eres para ver si contagias a algunos de los que te rodean que se olvidan de lo que son y de lo que han sido.

antonio cosano.