Obama participa en una reunión para analizar la situación del Golfo de México. :: REUTERS
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«¿A quién tengo que patear el culo?»

El presidente de EE UU exhibe su peor talante ante la dirección de British Petroleum por el desgaste del vertido

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Poco importa que en las últimas horas los ingenieros de British Petroleum hayan encontrado una formula de recuperar una parte del crudo que se vierte en el golfo de México. El desgaste político de esta interminable pesadilla que dura más de seis semanas y para la que no se adivina todavía un final preciso ha acabado con la paciencia de Barack Obama. Agotado por las continuas críticas a la gestión de su Administración, el mandatario dejó a un lado las buenas maneras para cargar contra el presidente de la petrolera británica, Tony Hayward, al que tachó poco menos que de incompetente. «Lo habría despedido hace mucho tiempo» de haber estado en sus manos, dijo sin cortarse la lengua en una entrevista emitida anoche por a la cadena NBC.

Con un aire de enojo como pocas veces ha exhibido en público desde su llegada a la Casa Blanca, Obama se defendió de las acusaciones de lenta reacción ante al desastre indicando que antes de que la mayoría de los críticos prestaran atención al derrame él se había trasladado al lugar para analizar junto a expertos cómo se podía frenar el problema. «Estamos hablando con esa gente (de BP) porque potencialmente ellos tienen las mejores respuestas de modo que yo sepa a quién tengo que patear el culo» advirtió en otro momento de su intervención.

Con sus declaraciones, el mandatario busca trasladar parte de la presión sobre Hayward, cuya ambigüedad le permite proclamar un día su compromiso total para reparar los daños del vertido mientras otras veces se queja del gran coste personal que le supone la lucha contra la marea negra. «Quiero recuperar mi vida», llegó a decir públicamente cuando peor pintaban las cosas en la zona.

Repercusiones «moderadas»

Además, el ejecutivo salió hace poco con unas sorprendentes declaraciones restando importancia la gravedad de la catástrofe al decir que el golfo de México es un «gran océano» y que las repercusiones de la marea negra en el medio ambiente serían «probablemente muy moderadas». El responsable de BP se disculpó luego por esas declaraciones.

La preocupación de Obama por el deterioro de su imagen en un año electoral que se presume decisivo para la suerte de su partido lo ha llevado a dejar en segundo plano otros asuntos importantes de su agenda y seguir la evolución de la crisis como si de una guerra se tratase. Un sondeo de The Washington Post/ABC indica que el 69% de la población estadounidense cree que el Gobierno ha manejado el problema «no muy bien» o «pobremente».

Aunque no se prevé que el flujo de petróleo sea detenido hasta agosto como mínimo, BP ha informado de un incremento en la cantidad de crudo que captura desde el pozo submarino dañado tras el éxito parcial de su último esfuerzo de contención. El almirante Thad Allen de la Guardia Costera estadounidense aseguró que la compañía británica espera captar unos 20.000 barriles -3,18 millones de litros- de crudo diarios con la cúpula que colocó la semana pasada sobre el pozo a 1.600 metros de profundidad. Una versión optimizada de este sistema se halla en construcción.