Economia

Fitch desprecia el duro ajuste económico con una rebaja de la solvencia de España

El Consejo de Ministros revisa a la baja las previsiones de crecimiento del PIB para todo el período 2010-2013

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los problemas se multiplican para el Gobierno, que ayer vio cómo Fitch, una de las grandes agencias internacionales de calificación crediticia, respondía a la revisión a la baja de los objetivos de crecimiento para 2011-2013 con la retirada de la máxima nota de solvencia a la deuda española. La rebaja despoja a España de la calificación 'AAA' -equivalente a matrícula de honor- y le otorga 'AA+', algo así como un sobresaliente. Eso no implica que Fitch crea que el Estado será incapaz de satisfacer sus compromisos de pago, pero supone un varapalo que, más allá de su alcance simbólico, tendrá consecuencias prácticas, pues encarecerá las futuras emisiones de deuda y afectará a la salud del euro.

Fitch se convierte así en la segunda agencia de 'rating' que retira la máxima nota a la nota del Reino de España, después de que Standard&Poor's hiciera lo propio a mediados de enero de 2009. El pasado 28 de abril, con los mercados azotados por las turbulencias que amenazaron a varias economías del euro, fue aún más allá y degradó la calificación de España de 'AAA' a 'AA+', y avisó de que podría aplicar otro descenso. De las tres grandes agencias, sólo Moody's califica ahora con triple A la deuda española.

El desaire de Fitch llegó un día después de que el Gobierno lograse aprobar en el Congreso de los Diputados, por un solo voto y gracias a la abstención de parte de la oposición, el programa especial de ajuste fiscal, que incluye rebajas de sueldos a los funcionarios, la congelación de las pensiones en 2011, la cancelación de inversiones millonarias y la supresión de beneficios sociales para familias y dependientes. Recortes que tienen como objetivo ahorrar 15.250 millones de euros en 2010 y 2011, para reconducir el abultado déficit, que en 2009 alcanzó el 11,2% del PIB.

Ni la salvación 'in extremis' del decreto de recortes ni la aprobación ayer por el Consejo de Ministros del nuevo programa de estabilidad 2010-2013 tranquilizaron a Fitch, que respondió a la revisión a la baja del crecimiento de la economía -y a una previsión de paro al alza- con una señal de alerta a los mercados: los riesgos que rodean a la economía española pueden aumentar en el futuro inmediato.

«Difícil ajuste»

La rebaja de la calificación de la deuda «refleja que el proceso de ajuste del sector privado y el endeudamiento externo reducirán la tasa de crecimiento de la economía española a medio plazo», afirmó el responsable de deuda soberana de Fitch, Brian Coulton. Ese diagnóstico «anticipa que el proceso de ajuste económico será más difícil y prolongado que en otras economías con calificación AAA», explicó.

Horas antes, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, compareció junto a María Teresa Fernández de la Vega al término del Consejo de Ministros para dar a conocer la enésima revisión a la baja de los objetivos de crecimiento que el Gobierno realiza en esta crisis. El Ejecutivo ha tenido que optar, a la hora de trazar las grandes líneas de su política de cara a la recuperación, entre fomentar el crecimiento o reducir el elevado déficit de la administración, que en 2009 alcanzó el 11,2% del PIB. Ante ese binomio, el presidente del Gobierno se inclinó por reducir los números rojos.

La alteración de los pronósticos fue obligada por la puesta en marcha del programa de recorte del déficit de las administraciones públicas. El resultado debería ser su reconducción desde el 11,2% hasta el 9,3% este año, para recortarlo luego al 6% en 2011, al 4,4% en 2012 y al 3% que establece el pacto europeo de estabilidad en 2013. José Luis Rodríguez Zapatero ya advirtió cuando dio a conocer las medidas al Parlamento de que ese sacrificio -que empezará a aplicarse el 1 de junio- tendrá consecuencias negativas para el crecimiento.

El nuevo cuadro macroeconómico mantiene la anterior previsión de caída del PIB del 0,3% este año. De cara a 2011, detalla que la actividad aumentará un 1,3% interanual, cinco décimas menos que el 1,8% pronosticado por el Ministerio de Economía en febrero pasado. Las medidas de ajuste aprobadas sólo se aplicarán en esos dos ejercicios, pero también lastrarán el crecimiento en el bienio posterior, según las cifras presentadas por el Ejecutivo. En 2012, el PIB registrará una subida interanual del 2,5% -en lugar del 2,9% antes previsto- y en 2013 el aumento será del 2,7%, frente al 3,1% que predecía el programa de estabilidad enviado a Bruselas.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, justificó la necesidad de ese sacrificio, que consideró «difícil» tanto para los ciudadanos como para el Gobierno. Son «medidas excepcionales porque excepcional es la situación en que nos encontramos», señaló.