EL CHEQUEO

Empleados públicos

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El empleado público goza de muy mala prensa, como lo prueba el hecho de que en las últimas encuestas sobre el recorte salarial de los funcionarios más del cincuenta por ciento de la población se declarara a favor. Siendo una de las pocas medidas anti crisis del Gobierno que aceptan los españoles. Quizás sea debido al cliché existente sobre este personal. Para muchos, estos trabajadores son burocráticos y perezosos, con un perfil parecido al prototipo de funcionario que ya describiera Mariano José de Larra, en 'Vuelva usted mañana', en el siglo XIX, basado en una administración decimonónica y clientelista. Pero nada más lejos de la realidad. La Administración actual se ha modernizado mucho y, aunque haya algunas excepciones que manchen la reputación de los empleados públicos, sobre todo en el ámbito local, por regla general es mucho más eficaz y eficiente. Nadie debe olvidar que entre los empleados públicos están colectivos tan importantes como los de Enseñanza, Sanidad, Justicia, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado e, incluso, Hacienda, que realizan tareas ingratas pero imprescindibles en cualquier país desarrollado y democrático. En contra de lo que muchos opinan, España no está sobredotada de funcionarios, todo lo contrario, si la comparamos con países nórdicos como Dinamarca o Suecia, donde prestan servicios más del doble. Es un grave error de cálculo intentar medirnos con los Estados Unidos donde ni siquiera existe sanidad pública. La Justicia, saturada de causas y la Sanidad, con largas listas de espera, son un claro ejemplo de la infradotación de personal. Pero, en cambio, muchos recursos públicos que se podían haber utilizado para completar esas plantillas se han transferido al sector privado. Así, últimamente muchas administraciones han externalizado servicios contratando a empresas privadas, sin conseguir por ello más rendimiento, y simplemente porque este gasto no engrosa el capítulo 1 del presupuesto (gastos de personal), que es muy poco vendible ante la opinión pública.

Lo que ignoran muchos asalariados, hoy a favor de la rebaja de las retribuciones de los empleados públicos, es que a ellos también les va a afectar proporcionalmente. Así, un informe del BBVA considera que la medida tendrá un efecto arrastre en los procesos de negociación colectiva, favorecerá la contención salarial y propiciará más márgenes empresariales.