Un 'salto' a las antípodas de la NBA

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La CBA (Chinese Basketball Association), la principal liga de baloncesto china, se está convirtiendo en un refugio para muchos jugadores que no encuentran su hueco en la NBA. ‘All stars’ de la talla de Gilbert Arenas o Stephon Marbury ya se han probado en esta competición.

El perfil del americano que emigra a la liga del gigante asiático suele ser el de un jugador talentoso que, por cuestiones personales o físicas, sufre un bajón de rendimiento. Normalmente, después de algunas oportunidades, las franquicias de la NBA terminan por no confiar en que el jugador vuelva a recuperar su nivel y acaban rescindiendo su contrato. El último caso es el del número dos del ‘draft’ de 2008, Michael Beasley.

Desde sus dos metros y siete centímetros, Beasley es un jugador dotado de un talento ofensivo a la altura de muy pocos en el mundo. Un alero ambidiestro, capaz de lanzar desde fuera y de aprovechar su físico para jugar cerca del aro. Los problemas personales y su carácter conflictivo han impedido que pudiera explotar todo su potencial.

La carrera de ‘B-Easy’, como se le conoce por su facilidad anotadora, comenzó en la Universidad de Kansas State. En su única temporada con los ‘Jayhawks’ promedió 26,2 puntos y 12,4 rebotes. Gracias a su gran rendimiento, se hizo con el premio al mejor debutante en la NCAA.

En el año 2008, Beasley decidió presentarse al ‘draft’ de la NBA. No tuvo que esperar demasiado para estrecharle la mano a David Stern, quien fuera comisionado de la liga norteamericana. Los Miami Heat le eligieron en segunda posición, sólo por detrás de Derrick Rose y por delante de Kevin Love, Russel Westbrook o Serge Ibaka, entre otros.

Irregularidad preocupante

Desde que pisó por primera vez una cancha de NBA se pudo ver el tipo de jugador que era. Beasley mostraba infinidad de recursos ofensivos, un físico privilegiado y una irregularidad preocupante. A pesar de ello, no tuvo problemas para entrar en el quinteto ideal de ‘rookies’, aunque fuera Derrick Rose el que levantara, finalmente, el galardón al mejor novato.

Los Heat siguieron confiando en él durante dos temporadas, hasta que decidieron traspasarlo a los Minnesota Timberwolves. En Minneápolis, Beasley vivió su mejor temporada, llegando casi a la veintena de puntos por partido. Aunque no sería más que un espejismo, pues pronto volverían los altibajos.

Los Phoenix Suns y, de nuevo, los Miami Heat, fueron los últimos equipos con los que jugó en la mejor liga del mundo. A menos de un mes de comenzar la temporada regular, los Memphis Grizzlies han decidido prescindir de sus servicios antes siquiera de que pudiera debutar con esta camiseta.

Con tan sólo 25 años, Michael Beasley ha decidido recorrer los 13.000 kilómetros que separan Miami de Shanghái para jugar con los Sharks, el equipo dirigido por Yao Ming. Un viaje a las antípodas geográficas, y casi baloncestísticas, de Estados Unidos.