Barack Obama. / REUTERS

Obama niega que sus medidas hayan provocado un efecto llamada

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El presidente de EE UU, Barack Obama, negó ayer que sus medidas ejecutivas sobre inmigración hayan generado un efecto llamada para miles de niños centroamericanos, y urgió al Congreso para que apruebe su petición de 3.700 millones de dólares para solucionar el problema.

Obama rechazó las críticas republicanas de que él mismo ha generado un efecto llamada al aprobar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que entró en vigor en 2012 y ha evitado la deportación de muchos jóvenes indocumentados.

"Si se fijan en las pautas de inmigración, ahora estamos a un nivel significativamente inferior en términos de flujo de inmigración ilegal que cuando llegué al poder en 2008", alegó el presidente estadounidense. Mantener DACA y aprobar una reforma migratoria "permitirían reubicar recursos" para hacer frente a la crisis en la frontera, dado que si los indocumentados "tienen que ganarse la ciudadanía, pagando sus multas, ya no serán una prioridad para las fuerzas de seguridad", argumentó.

Obama se declaró dispuesto a estudiar el desplazamiento de más agentes de la Patrulla Fronteriza en la zona de la frontera sur por donde cruzan los niños centroamericanos, como le sugirió hoy el gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, que "cree que algunos están demasiado lejos de la frontera".

Anunció que el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, conversará sobre esa posibilidad con autoridades de Texas cuando visite la frontera "a finales de esta semana" por sexta vez desde que se detectó la crisis migratoria.

No obstante, Obama afirmó que para considerar esa medida es necesario que el Congreso apruebe antes su solicitud de 3.700 millones de dólares para ampliar la vigilancia en la frontera y los recursos en los centros de acogida a los menores.

"El Congreso ha dicho que quiere una solución al problema. La solicitud de fondos les ofrece la capacidad de votar de inmediato para conseguirla", aseguró Obama.

Problema a "largo plazo"

El presidente de EE UU subrayó que la crisis en la frontera es un "problema a largo plazo" y que para resolverla será crucial "asegurarse de que los niños" centroamericanos que emigran "pueden vivir de forma segura en sus propios países", destinando "atención y recursos" a Guatemala, Honduras y El Salvador.

Por otra parte, dijo que su decisión de no visitar la frontera sur durante su viaje a Texas se debe a que sería "un teatro" que no resolvería la crisis migratoria.

"No hay nada que esté ocurriendo en la frontera de lo que yo no esté íntimamente al tanto y haya sido informado", afirmó Obama en una conferencia de prensa durante su visita a Dallas (Texas). "Esto no es un teatro. No estoy interesado en oportunidades de foto, sino en resolver un problema", agregó el mandatario, quien ha sido criticado por republicanos y activistas por no visitar la zona por donde entran una media de mil niños y adultos centroamericanos cada semana.