«La solución a la crisis no puede cargarse sobre nuestras espaldas»

Sebastián Reyna lleva doce años al frente de Upta, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España, una de las organizaciones más representativas del sector. Como analista privilegiado de la situación del colectivo, Reyna cree que se «está cargando demasiado»_sobre las espaldas de los autónomos la solución a la actual crisis económica. «Somos los encargados de expandir el crecimiento que tienen que crear las grandes empresas y el sector público»; sostiene.

–¿Percibe una sensación de cambio en lo relacionado con el trabajo autónomo?

–Los autónomos siempre han jugado un papel importante en las salidas de las crisis. Pero se está cargando demasiado sobre las espaldas de los autónomos la solución de la crisis. Al menos, desde el punto de vista del mensaje. Es un poco excesivo: somos un sector dominante por número, pero no somos el sector determinante, que es la gran empresa y el sector público. Somos los agentes que tenemos que expandir ese crecimiento de la economía que tienen que crear los anteriores.

–¿Cómo valora las medidas tomadas por el Gobierno y que afectan al colectivo?

–Hay dos medidas fundamentales que valoramos positivamente: el plan de pago a proveedores, que ha funcionado bastante bien y ha inyectado liquidez en la economía. Pero ha beneficiado más a las medianas y pequeñas empresas que a las pequeñas y a los autónomos, en la medida que somos subcontratados. Pero con mucha diferencia elegiría la tarifa plana de 50 euros, primero para los jóvenes, y luego de carácter general. Uno de los grandes problemas que teníamos era el alto coste que tenía la entrada en el sistema. Una cuota de 250 euros de entrada hacía difícil la incorporación de nuevos autónomos

–¿Qué medidas echa en falta?

–El resto de las medidas implementadas por el Gobierno en general no molestan, pero casi todas tienen más buena voluntad que resultado. Por ejemplo, las incluidas en la Ley de Emprendedores, quitando lo de la tarifa plana. Es el caso del IVA de caja, una medida que llegó tarde, y con un diseño no suficientemente bien cerrado. Las necesidades se pueden resumir en dos: la reactivación del consumo, porque sin él no hay crecimiento de autónomos. Y en segundo lugar, el acceso a la financiación. Evidentemente no es sólo del Gobierno, pero en parte en su responsabilidad llevar a cabo políticas financieras más adecuadas, sobre todo de carácter público.

–¿Qué necesitan más los autónomos, rebajas en las cotizaciones o incentivos a la contratación?

–Para que un autónomo contrate a un trabajador, tiene que haber en primer lugar un autónomo. Las políticas de apoyo a la creación de autónomos son las prioritarias. Casi el 70% de los autónomos no tienen empleados. Hay que apoyarles para que sean potenciales empleadores. Los incentivos son importantes, pero los autónomos sólo contratan si tienen capacidad económica o previsiones económicas de poder ejercer una actividad. Además, las contrataciones que hace las hace coyunturalmente para una actividad concreta.

–¿Y cuáles son las reivindicaciones de los asociados de Upta?

–Básicamente, dos alivios: en el coste de la Seguridad Social, porque no podemos olvidar que lo de la tarifa plana es para los nuevos autónomos, no para los antiguos. Y aquí hay una cierta brecha. Cada vez son menos las medidas destinadas a los que ya están. Resumiendo, lo primero que nos piden es flexibilidad en el aplazamiento de pagos a la Seguridad Social, porque tienen dificultades para afrontarlos. Segundo, un coste de Seguridad Social más reducido, y sobre todo, una mejora en la estimación directa del IRPF. Sobre todo, reducir las retenciones de las facturas, que están en el 21% sobre el bruto.

–¿El colectivo está creciendo en número gracias al deterioro del mercado laboral, que empuja a muchos asalariados o parados al empleo por cuenta propia?

–Evidentemente, porque la evolución del mercado de trabajo por cuenta propia ha sido mejor que la del mercado de trabajo por cuenta ajena. Se produce por dos razones: una dificultad objetiva del mercado de trabajo. Son los autónomos de la necesidad, que dan un paso porque no encuentran alternativa. Por otro lado, están los autónomos de la obligación: el que se hace porque ese posible cliente que le va a contratar le aconseja hacerlo como autónomo. De ahí a decir que todos los autónomos son falsos autónomos hay mucha diferencia. Es muy fácil utilizar la demagogia. La prueba es que el sector que más crece es el del comercio, y en éste no hay falsos autónomos.

–¿Qué le parece la posibilidad de que se elimine la tributación por módulos?

–Estamos en contra. Creemos que funciona bien. Lleva más de 40 años con buenos resultados. Es un sistema de impuestos simplificados, y por otro lado para la recaudación de Hacienda ha sido positivo, porque ha normalizado la recaudación de todo un colectivo. Dicho esto, es posible hacer modificaciones del sistema. Pero para ello creemos fundamental hacer estudios de impacto por sector (hostelería, comercio, transporte, etc…), y eso lo tiene que hacer el Ministerio de Hacienda.