cultura japonesa

Una de los 2.636

Tres años después del maremoto del 11 de marzo, un conductor de autobuses japonés aprende a bucear para encontrar los restos de su esposa

MADRID Actualizado: Guardar
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“¿Estás bien? Quiero irme a casa.” Estas fueron las últimas palabras de Yuko a su marido mediante un correo electrónico antes de desaparecer. La hora y fecha del email: 15.21 horas del 11 de marzo de 2011, unos 35 minutos después del terremoto que provocó el tsunami que asoló la costa noreste del archipiélago. La mujer estaba trabajando en su oficina, ubicada en un edificio de dos plantas, junto con otros 12 compañeros. Ante la llegada de la gran ola, se refugiaron en la azotea. De los 13 trabajadores solo sobrevivió uno, se encontraron cuatro cadáveres y ocho desaparecieron, entre ellos la esposa de Yasuo Takamatsu.

Este japonés de 57 años, que dejó su trabajo como mecánico aeronáutico del ejército para ser conductor de autobuses, no ha parado en su empeño de hallar los restos de su mujer. “Espero poder encontrar algo. Ella dijo que se quería ir a casa. Como sé que deseaba eso, quiero buscarla yo mismo y no depender de otros”, explicaba hace unos días.

En el tercer aniversario de la catástrofe, 2.636 personas siguen desaparecidas tras la barrida del tsunami y se cree que la mayoría fue arrastrada por el mar. Por ello, Yasuo lleva años entrenándose en el buceo para participar en las labores de búsqueda submarina que todavía se realizan en las costas niponas. A pesar de su determinación, el conductor confiesa que ve difícil la consecución de su misión. “Necesito mejorar para hallar a mi esposa”, explicaba hace unos días antes de una inmersión con su instructor, quien lidera búsquedas submarinas con otros voluntarios dos veces al mes.

Tercer aniversario

El pasado martes, cuando se cumplieron tres años de la tragedia, el drama de los desaparecidos se sumó al rezo por los 15.844 muertos y a la reclamación de los 267.000 desplazados que aún no han podido regresar a sus hogares. El recuerdo nacional que tuvo lugar esta semana en Japón se centró en un minuto de silencio a las 14.46 (hora local), cuando se produjo el sismo frente a la costa de la prefectura de Miyagi. Los emperadores Akihito y Michiko y el primer ministro Shinzo Abe presidieron los actos oficiales en Tokio.

En España, el homenaje a las víctimas del tsunami también ha tenido protagonismo debido a la actual conmemoración de los 400 años de relaciones diplomáticas entre los dos países. En Barcelona, el evento artístico y cultural Korekara Japón, que nació en marzo del año pasado precisamente para recordar a los afectados por el terremoto, vuelve con una nueva edición. Desde el 6 al 28 de marzo, una completa agenda de actividades se centrará en la cultura japonesa y en la memoria de los desaparecidos y fallecidos.

El municipio sevillano de Coria del Río, donde desembarcó hace 400 años la embajada japonesa de Hasekura Tsunenaga, fue la localización del homenaje oficial en nuestro país. El embajador de Japón en España, Satoru Sato, junto a los corianos y otras personalidades, participaron mediante videoconferencia en los actos que se desarrollaron el martes en las ciudades japonesas de Iwate, Sendai y Fukushima.