Laso: «El baloncesto es mi vida y cuando ganas así la alegría es mayor»

La fiesta blanca tras el triunfo fue descomunal. Lo bueno de este Madrid es que tiene hambre de títulos, fe en sus posibilidades y el sueño de entrar en la historia de la entidad más exitosa de España y Europa. Tras lograr el título de Copa del Rey los jugadores merengues ya estaban hablando en el vestuario «del partido del jueves», según desvelaba un emocionado Pablo Laso. «Somos un poco 'frikis'», bromeaba el técnico campeón.

El vitoriano intentaba analizar el partido pero le resultaba difícil. «Es lo que me sale del corazón. El baloncesto es mi vida, y cuando ganas algo así la alegría es mayor. Pero yo disfruto cada día de mi trabajo», contaba en la sala de prensa. «Ha sido un fin de semana fantástico en uno de los mejores torneos que se pueden jugar en Europa», añadió después al borde de las lágrimas.

Desveló que el tiro ganador salió en parte por preparación y en parte por improvisación. «Tenemos jugadas para cuando queda pocos segundos. En el tiempo muerto hemos preparado algo pero luego los jugadores han generado algo que ha salido bien. Valoro que tengan iniciativa. Lo que han hecho es producto del trabajo, de tener las cosas claras y de ejecutarlas bien», analizaba en un momento de euforia total.

Por último, Laso valoraba el campeonato, pero destacaba por encima de todo «el camino». «El camino no me lo marca un título -contaba-. Somos el Real Madrid y competimos en cada partido, respetamos al rival y, por supuesto, queremos ganar campeonatos. Para ello, debemos seguir en esta línea de trabajo».

El héroe de la final, Sergio LLull, felicitó deportivamente al rival por su comportamiento en un «partido durísimo, a cara o cruz». El escolta no tenía palabras para describir lo que pasó por su cabeza cuando consiguió el tiro ganador. «Tienes que meterlo para saber lo que se siente. Es una sensación de alegría absoluta».

Pascual: “Había que jugar perfecto”

En el bando de los perdedores, el técnico del Barcelona, Xavier Pascual, se lamentó de que se les había escapado «una bonita final en el último momento» y admitía que el tiro ganador de Llull había sido por un «error defensivo clarísismo». Además, el entrenador culé consideró que «el mal porcentaje desde el tiro libre» y había «decidido el partido claramente» en su contra.

«Había que jugar perfecto. Es un día en el que parece que has hecho muchas cosas bien, pero te vas con la derrota», explicaba con resignación.

Sin embargo, sacó la cara a los suyos. «Creíamos en nuestras posibilidades porque llevamos un camino para ser grandes. Nos importa poco lo que diga la gente», concluyó.