El mago y mentalista Anthony Blake. / Foto: Alberto Ferreras | Vídeo: Óscar Chamorro
MAGIA | ENTREVISTA

Anthony Blake: «Con internet, la magia se está vulgarizando»

El mentalista, uno de los más reconocidos a nivel mundial, presenta 'Más allá de la imaginación', un nuevo espectáculo donde plasma lo aprendido en 30 años de carrera

MADRID Actualizado: Guardar
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Dicen que para un mago o mentalista es vital el arte de controlar la respiración y, por ende, ajustar su ritmo cardiaco, lo que le permitiría concentrarse en su cuerpo y tomar el control sobre sí mismo y lo que se genera a su alrededor. El ritmo cardiaco de Anthony Blake en reposo, mientras atiende a la prensa, ronda las 55-56 pulsaciones por minuto. Sobre el escenario, la adrenalina lo dispara hasta las 110-115. "El ideal es poder trabajar a 55-56, porque desarrollas mucho y gastas poco, lo que pasa es que cuando de verdad estás muy metido dentro de la función, la adrenalina que va saliendo las dispara, porque tienes que controlar un escenario y, además, un patio de butacas".

Sabe de lo que habla. En 30 años de carrera sobre las tablas como uno de los mentalistas más reconocidos a nivel mundial, Blake ha llegado a controlar aforos de hasta 1.500 personas. Nada que ver con el nuevo espectáculo que presenta en el madrileño Teatro Quevedo, 'Más allá de la imaginación', donde ha reducido el aforo hasta dejarlo en 150 butacas para ofrecer su show más personal y cercano al público. Quizá el mayor reto de toda su carrera. "Digamos que lo pone un poco más difícil, pero a mí personalmente me gusta más. Después de hacer espectáculo en grandes teatros, la gente te dice que estás muy lejos y puedes esconder y engañar mejor, así que me decidí acercarme", explica el mentalista.

Define su nuevo espectaculo como interactivo, divertido, ameno y muy cercano aunque, sobre todo, destaca que el público se encontrará algo distinto cada día. Ventajas de un animal de escenario capaz de improvisar noche tras noche para dejar boquiabierto al respetable. Para ello no necesita más compañía que una cámara negra, una mesa, un taburete, una luz intimista y una música sugerente. Una sobria escenografía para envolver las fantasías de los espectadores, mientras Blake sobrevuela los recovecos más escondidos de la mente del público.

"Ni domino mentes, ni las controlo ni nada que se le parezca, simplemente utilizo una serie de técnicas muy útiles en donde en un momento determinado sí hay un cierto control y una capacidad de supervisión sobre lo que los demás están haciendo", recuerda el mago ovetense, cuya frase más famosa era aquella en la que nos recordaba que nada de lo que veíamos era cierto, si no un mero fruto de nuestra imaginación. Lo decía mientras te miraba directamente a los ojos a través de la pantalla del televisor, un medio donde se dio a conocer a todo un país fascinado y donde le encantaría volver, aunque con matices. "Dime dónde porque ¿qué hay ahora mismo en televisión? Nada, ahora está empezando a cambiar un poco con algunos programas de entretenimiento, pero la casquería es lo que más abunda en este medio", lamenta.

Mientras la televisión encuentra de nuevo su camino, Blake ha invertido su esfuerzo en teatros de todo el mundo y en continuar aprendiendo sin parar. "Estoy constantemente leyendo, aprendiendo, ensayando, formándome. Voy a una reunión y a otra donde me cuentan cosas y cuento cosas, donde compañeros de profesión de muchos países intercambiamos información. Trabajo e investigo sobre muchos textos e historias que tengo recogidas en mi biblioteca, que si no es la primera de Europa será la segunda en número de libros sobre mentalismo", afirma orgulloso. Con ello consigue aprender de todo lo que se ha hecho y tratar de adivinar hacia dónde irá la magia del futuro. "Gracias a internet, la magia se está no ya popularizando si no vulgarizando. Cualquier persona que entra en internet puede sacar tres cuatro trucos con lo que quedar como un aparente mago, pero no hay fondo, ni hay trasfondo, ni hay estudio ni investigación, ni nada de eso", lamenta. "La magia va a seguir evolucionando y estoy absolutamente convencido de que el futuro está en el mentalismo, en la magia de la mente, esa parte tan difícil de tocar que tenemos aquí encerrada dentro de una estructura ósea en la que, si hay un agujero más del que tiene que haber, malo".

Mientras tanto, Blake afirma que continuará desarrollando nuevos espectáculos. Eso sí, sin nostalgia ni mirar atrás. Y menos aún repetir los grandes números, como el que suscitó tanta polémica en 2002 cuando adivinó el Gordo de la Lotería de Navidad. "Sé que puede sonar pretencioso, pero no lo repetiría nunca por la misma razón que no hay dos 'meninas', dos 'guernikas' o dos 'novenas sinfonías'. Hice mi gran composición y algún día volveré a hacer otra majarada muy gorda, pero las obras maestras sólo se hacen una vez".

"Y no olviden que esta entrevista ha sido producto de su imaginación. No le den más vueltas, no tiene sentido". Palabra de Anthony Blake.