Cristiano marcó de penalti pero no estuvo acertado de cara a puerta. / Efe | Atlas
FÚTBOL | primera división

Willy evita la goleada blanca

El mejor Madrid de la temporada brilló ante un valiente Málaga de Schuster que estuvo vivo hasta un polémico penalti sobre Bale en el descuento que transformó Cristiano

MADRID Actualizado: Guardar
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Con frecuencia, el fútbol deriva en un contrasentido enfrentado a las leyes de la lógica y el sentido común. Resulta que el mejor Madrid de la temporada no abrochó el triunfo ante el Málaga hasta el descuento, cuando Cristiano transformó un inexistente penalti de Weligton sobre el reaparecido Gareth Bale. Hasta ese momento, cuando el galés se cayó trastabillado, los de Schuster debían haber sido goleados pero todavía soñaban con poder sorprender e igualar el solitario gol de Di María en el arranque de la segunda mitad. Cristiano pidió perdón cuando acertó desde el punto fatídico porque antes había errado un sinfín de remates francos que una y otra vez desvió, inspiradísimo, Willy Cabellero. Se antoja ridículo, por no decir cómico, que Alejandro Sabella no cuente para la selección albiceleste con este veterano guardameta por el que suspira Pellegrini para reforzar el Manchester City en el mercado invernal.

Los de Ancelotti, parsimoniosos y previsibles en anteriores compromisos, se desplegaron esta vez con inusitada rapidez. Circulación fluida de balón, amplitud en el juego, profundidad por las bandas y dinamismo con Morata, titular porque Benzema sufre molestias en un gemelo y fue reservado por Carletto para los próximos compromisos peliagudos ante la Juventus y el Barça. Al delantero canterano solo le faltó el gol para completar una gran tarde. Generó espacios, tocó de espaldas, entró al remate y se prodigó en la recuperación de balones. Esfuerzos que no caracterizan precisamente a Karim. Cuando se retiró para que Bale disfrutara de un cuarto de hora, Morata recibió el apoyo unánime de la afición.

Frente al típico equipo de Schuster que juega y deja jugar, el Madrid interpretó bien el guión. Para partidos de esta guisa, mucho mejor utilizar laterales ofensivos, como Carvajal y Marcelo, que defensas al uso tipo Arbeloa. El chaval que creció en el Leverkusen y Di María por la derecha, y el brasileño y Cristiano por la izquierda, provocan temblores en cualquier adversario. Sobre todo cuando el Madrid ejerce de local. Illara atinó en la salida del balón a uno o dos toques máximo y Khedira, tras quejarse de maltrato por parte de la crítica española, se prodigó en todas las facetas. Recordó a ese centrocampista ‘box to box’ de la ‘Mannschaft’, no al jugador intrascendente del Madrid. El más flojo fue Isco, que arrancó el curso aliado con el gol pero en los últimos partidos ha decrecido. Aparece poco y da la sensación de no ubicarse. Propinó un pisotón involuntario a su ‘hermano’ Sergio Sánchez que dolió sólo de verlo.

La trampa del fuera de juego

Además de errar en el remate, lo único que hizo mal el Madrid fue caer repetidamente en la trampa del fuera de juego. Los malagueños supieron dar varios pasitos hacia adelante justo antes de los centros, y los delanteros locales no se frenaron a tiempo para dejar incorporarse a la segunda línea. Un aspecto clave del juego que Ancelotti no supo corregir. Fresco, chisposo, móvil y con aspecto de estar rehabilitado, el Madrid apenas regaló en defensa y dispuso de ocasiones más que suficientes para resolver ya en el primer acto. Pero Cristiano lanzó al travesaño, después la cruzó en exceso de toque sutil y más tarde se encontró con una mano magnífica de Willy. Diego López, en cambio, solo tuvo que intervenir para atajar un tiro lejano de Gámez. Y resopló al ver que Eliseu golpeó en semifallo con la zurda..

El merecido gol llegó en el primer minuto de la segunda parte. Fue una jugada tonta. Centro a pierna cambiada de Di María que no llega a cabecear Cristiano y que se le envenena a Willy. Lejos de venirse abajo, el portero reanudó su recital de paradas. Por arriba, por abajo, a una mano, a dos y con ese pie que desvió un remate a bocajarro de Cristiano, seguramente uno de los más fáciles que el de Madeira tuvo en su carrera. Entraron Modric, Jesé y Bale, pero el duelo no se cerraba. Schuster recurrió a una defensa de tres. Existía cierta inquietud en el Bernabéu, ya que El Hamdaoui amenazaba en alguna contra, hasta que llegó ese penalti. Más allá del resultado, el Madrid mostró buenas maneras.