John F. Kennedy y su esposa Jacqueline, a su llegada a Dallas el día del magnicidio. / Cecil Stoughton (Reuters)
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El mito de Camelot, un filón inagotable

Películas, libros y especiales de televisión copan el mercado para rememorar el magnicidio más famoso del siglo XX

MADRID Actualizado: Guardar
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Hubo un tiempo en el que la esperanza de un mundo mejor anidaba en el corazón de los estadounidenses. Cuenta la leyenda que la Casa Blanca resplandecía con la visita de ilustres personajes del mundo de la cultura, desde el poeta Robert Frost hasta el músico Pau Casals pasando por la novelista Pearl S. Buck, que amenizaban con su talento las veladas en la mansión presidencial. El miedo a un conflicto nuclear seguía latente en los corazones de unos ciudadanos vapuleados durante años por el discurso del maccarthismo, mas el dedo parecía alejarse del botón que desencadenaría la más monstruosa de todas las guerras una vez comprobado que ni los líderes de uno de los dos bandos eran tan belicosos como parecían ni los del otro tan locos como habían sido dibujados. Las tensiones raciales, lejos de cesar, veían avivado su fuego, pero quienes clamaban libertad sabían que en el Despacho Oval habitaba un hombre que contemplaba su causa con simpatía. Un grupo de avezados y gallardos políticos integraban el gabinete presidencial, dispuestos, cual caballeros de la Tabla Redonda, a consagrar sus mejores años al bien de la humanidad. Y al frente de estas huestes siempre en busca del Santo Grial, un Adonis de la política adornado de cuantas alhajas cabe atribuir a un ser humano. Ocho siglos después de que Chrétien de Troyes revelase por primera vez su existencia al mundo en un poema, Camelot abandonaba los bosques de Bretaña y resucitaba a orillas del Potomac.

Pero como tantas otras historias épicas, ésta también terminaría en tragedia. El nuevo portador de Excalibur caería abatido, no por una estocada procedente de un florido espadachín sino por las traicioneras balas cuyo eco sigue resonando en una grabación hecha por un humilde sastre que ha sido diseccionada hasta la saciedad por cientos de investigadores determinados a esclarecer el magnicidio más famoso del siglo XX.

En Dallas exhalaba su último suspiro el hombre y nacía el mito, cultivado con mimo por una legión de seguidores y atacado sin piedad por una corte no menos extensa de detractores. Una lucha titánica que registra nuevos combates conforme se acerca el 22 de noviembre de 2013, fecha en que se conmemorará el 50 aniversario de la muerte del presidente más llorado de Estados Unidos, John F. Kennedy. Y nadie está dispuesto a dar cuartel.

Imágenes imborrables

Entre los primeros en desenfundar se cuenta Peter Landesman, director de 'Parkland', un filme estrenado la semana pasada en Estados Unidos que rememora los terribles sucesos de un día que permanecerá siempre grabado en la memoria de quienes asistieron a los mismos. Producido por Tom Hanks y protagonizado por Paul Giamatti, Marcia Gay Harden, Billy Bob Thornton y Zac Efron, el largometraje toma su título del nombre del hospital al que fue trasladado el cuerpo de JFK tras ser tiroteado en la plaza Dealy. Una autopsia practicada a toda prisa que dejó numerosos cabos sueltos, un asesino solitario con un oscuro pasado abatido a su vez, dos días después, por un miembro de poca monta de la mafia, una bala 'mágica' hallada milagrosamente en perfecto estado tras causar varias heridas tanto al presidente como al gobernador de Texas y un país conmocionado son los ingredientes de esta película que abunda en las reacciones de quienes estaban en el lugar de los hechos mientras el mundo que habían conocido parecía desintegrarse ante sus ojos y que compitió por el León de Oro en la última edición de la Mostra de Venecia.

No será la única cinta que aprovechará el aniversario para tratar de arrojar nueva luz sobre el crimen. El 10 de noviembre llegará al National Geographic Channel 'Killing Kennedy', una película para televisión en la que Rob Lowe se mete en la piel del primer presidente católico de Estados Unidos, en tanto que Ginnifer Goodwin asume el rol de su esposa Jacqueline. La cinta comienza su relato en 1959, el año anterior a las elecciones que llevarían a JFK a la Casa Blanca y una época en la que quien se convertiría en su asesino -según la tesis oficial-, Lee Harvey Oswald, vivía aún en la Unión Soviética, país en el que había entrado tras renunciar a su ciudadanía estadounidense aduciendo razones ideológicas. Las vidas de ambos se plasman en paralelo hasta el momento en que sus caminos confluyen para horror del mundo.

También el Smithsonian Channel ha preparado un documental, titulado 'The day Kennedy died' y narrado por el actor Kevin Spacey, que relata minuto a minuto cuanto aconteció aquel día de infausto recuerdo, desde que la comitiva presidencial entró en Elm Street hasta que una devastada Jacqueline Kennedy asistió al juramento de Lyndon Johnson como nuevo presidente a bordo del Air Force One pasando por el asesinato del policía J. D. Tippit presuntamente también a manos de Lee Harvey Oswald o el arresto de este último en el cine en el que se había refugiado.

Ríos de tinta

Las librerías hierven asimismo con la llegada de nuevos volúmenes en los que se disecciona tanto la figura del añorado JFK como el crimen que muchos consideran, 50 años después, irresoluto pese a lo que puedan decir los 26 volúmenes llenos de pruebas y testimonios recabados por la Comisión Warren. Ni las canónicas y lisonjeras obras de Theodore Sorensen -'Kennedy'- y Arthur M. Schlesinger -'Los mil días de Kennedy'- ni otras mucho más escabrosas como las de Seymour M. Hersh -'La cara oculta de J. F. Kennedy'- o la más reciente de Mimi Alford -'Érase una vez un secreto'- parecen satisfacer el inagotable interés por la figura del mandatario demócrata.

Para mitigar dicho interés, Robert Dallek vuelve a poner su pluma al servicio de quienes andan poco menos que obsesionados con todo lo que rodea a la figura de JFK. Autor de 'J. F. Kennedy: Una vida inacabada', un estudio que aportaba valiosos detalles de aspectos como la frágil salud de un mandatario que se esforzaba en transmitir una imagen vigorosa, el historiador regresa ahora con 'Camelot’s Court: Inside the Kennedy White House', obra que analiza meticulosamente el equipo formado por el mandatario demócrata para sacar adelante su programa. Hombres como Robert McNamara (secretario de Defensa), Dean Rusk (secretario de Estado) o Robert F. Kennedy (secretario de Justicia) cobran nueva luz a través de este estudio sobre quienes en su día fueron definidos como "los mejores y los más brillantes".

De signo muy diferente es 'If Kennedy lived: The first and second terms of president John F. Kennedy: An alternate history', volumen que llegará a las librerías estadounidenses el 22 de octubre y en el que el autor se adentra en el terreno de la política ficción para especular con lo que podría haber pasado en caso de que JFK no hubiera perecido en Dallas. Clint Hill, el agente del servicio secreto que se abalanzó sobre la limousina para tratar de proteger a Jacqueline Kennedy, publicará también unas memorias en colaboración con Lisa McCubbin.

Y para quienes gustan del morbo, Christopher Andersen entrega 'These few precious days', obra centrada en el matrimonio Kennedy cargada con todo lujo de detalles sobre las infidelidades del presidente con desconocidas y también con estrellas de la talla de Marilyn Monroe quien, según el autor, habría llamado a la Primera Dama para advertirle de su relación con JFK y decirle que éste pensaba divorciarse para irse con ella, algo que, de acuerdo con el relato de Andersen, no fue tan mal recibido por Jackie como cabría imaginar. No conviene tampoco olvidar un nuevo volúmen que recoge fotografías del archivo de la matriarca del clan, Rose Kennedy, cuyo prefacio corre por cuenta de su nieta Caroline.

Son apenas unos cuantos representantes del centenar y medio de libros publicados a la sombra del 50 aniversario del magnicidio de Dallas, una ciudad que, al igual que Washington, se verá inundada en las próximas semanas por los actos en recuerdo de la tragedia del 22 de noviembre de 1963, el día en que Estados Unidos perdió definitivamente la inocencia y el mundo a uno de los líderes más carismáticos que haya conocido. ¿Se conocerá algún día toda la verdad?