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Miguel Ríos: «No fui cocainómano porque acabas cantando como el culo»

El rockero de Granada echa cuentas con la vida en sus memorias ‘Cosas que siempre quise contarte’ (Planeta)

MADRID Actualizado: Guardar
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Los viejos rockeros nunca mueren, los viejos rockeros nunca se retiran... Lo que no suelen hacer los viejos rockeros es escribir biografías tan sinceras, lúcidas, reposadas y modestas como la que acaba de marcarse Miguel Ríos después de medio siglo de música. Se titula ‘Cosas que siempre quise contarte’, la edita Planeta y ha tardado un año y medio en escribirla y 69 años en vivirla. En las 400 páginas del libro echa cuentas con su existencia y le da la posibilidad a sus “esponsor”, los que han comprado sus discos y se han acercado a sus conciertos de explicar quién ha sido, de acercarse un poco más a él.

“Rockero jubilado” desde su último concierto en 2011, lo primero que tira Ríos son los clichés del ‘sexo, drogas y rock&roll’, los excesos de los que otros han hecho “una profesión”. Las drogas (el último porro lo fumó en 2009) siempre estuvieron supeditadas a sus actuaciones. “Mi única cortapisa con las drogas fue que no me jodieran la garganta: no he sido un gran cocainómano, porque, cuando te metes mucho, acabas cantando como el culo", ha aclarado esta mañana. La heroína no le interesaba desde el punto de vista creativo y los canutos fueron algo “cosustancial” hasta hace bien poco.

Uno de los primeros porros le hizo pasar el “momento más jodido” de su vida, detenido en la comisaría de la Puerta del Sol en la Brigada General de Seguridad. “Perdías toda tu dignidad, te maceraban. Fue muy duro”. Pasó 72 horas en una mazmorra “medieval” y finalmente firmó la delación de tres que fumaban con él. Después pasó un mes en Carabanchel. “Si pasas por la cárcel con gloria es una maravilla, si no, terminas como un mierda. Si no hubiera querido expiar esa culpa me lo hubiera callado”.

El artista granadino cargó contra “la desfachatez del poder" y "la escalada irrefrenable de la desigualdad". "A uno que siempre ha querido tener colocado el corazoncito a la izquierda, las noticias de hoy, claro, le duelen", sostiene. A su juicio, todos los españoles son responsables de no decir “a usted no le he votado para esto” y admitió que él, como todos, es “en parte responsable de que exista Bárcenas.

“Abandonar el escenario con esa calidad de sonido fue como abandonar un orgasmo”, ha dicho el artista, que cantará el 25 en Móstoles con Jorge Salem para un banco de alimentos. Ríos se retiró en 2011 después de medio siglo de música y tomó la decisión antes de convertirse en “la caricatura” de sí mismo. “Quizás ya había visto esa caricatura”, admitió.

Después de resistir la promoción “pese a haber dejado el tabaco y el pegamento”, es posible que se plantee abordar otro libro, esta vez desde el punto de vista no tanto de los hechos de su vida, si no de sus reflexiones y los sinsentidos que ha vivido en el mundo de la música. “La nostalgia no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo”.