MACROECONOMÍA

España, en el puesto 85 de las economías más competitivas del mundo

La sequía del crédito aleja a España aún lejos de los países punteros en términos de competitividad, en un ranking que lideran Suiza, Singapur y Finlandia

MADRID Actualizado: Guardar
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La sequía del crédito, que pone en riesgo la supervivencia de miles de empresas y lastra el emprendimiento y, con ello, demora el relanzamiento de la economía, es el principal factor que mantiene a España aún lejos de los países punteros en términos de competitividad. El ranking incluido en el informe anual sobre Competitividad Global que elabora el Foro Económico Mundial (FEM) sitúa a la economía española en el puesto 35 del mundo –uno más arriba que el año pasado–, por detrás de Estonia, Omán y Chile, en un listado de 148 países que encabeza por quinto año consecutivo Suiza, seguida de Singapur, Finlandia, Alemania, Suecia, Hong Kong, Países Bajos, Japón y Reino Unido.

Pese a las reformas estructurales ambiciosas acometidas por el Gobierno para reforzar la unidad de mercado interior, eliminar trabas administrativas y desburocratizar los procesos de creación de empresas, el estudio del FEM presentado este miércoles en Ginebra evidencia que los avances en competitividad son limitados. Además de los problemas de financiación que azotan a sus empresas, España acusa los recortes en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), que sitúan a la quinta economía del euro en otra liga respecto de sus socios del norte de Europa.

El informe señala que, aunque España ha conseguido acceder a los mercados financieros internacionales a un coste más «asequible» que hace un año, esta mayor facilidad de crédito «no se ha traducido en una mejora del acceso a la financiación para sus empresas, que aún sufren una importante restricción del crédito necesario para actualizar sus estructuras productivas».

Por consiguiente, el FEM considera que «el acceso al crédito es el factor más problemático a la hora de hacer negocios» en España, que se sitúa «muy abajo en términos de acceso a créditos (en el puesto 138), y a otras fórmulas de financiación, como los mercados de valores (puesto 101) o capital riesgo (105)». Además, el informe alerta de que la reducción de los «presupuestos públicos y privados» de I+D+i podría dañar la capacidad de las empresas para «innovar y contribuir a la transformación económica del país».

Debilidades

El FEM resalta que atacar estas «debilidades» será «crucial» para superar la «brecha» que aleja a España de las economías del norte de Europa. Pese a la mala calificación general que recibe la economía española en relación con sus grandes competidores, el informe reconoce que el país tiene algunas fortalezas: mantiene niveles de competitividad elevados en sectores como las infraestructuras del transporte y tecnologías de la información, y dispone de «una mano obra cualificada, gracias a una de las tasas de formación superior más altas» del planeta.

Los autores del dictamen ponen también en valor el esfuerzo llevado a cabo por España en «las difíciles condiciones actuales» para reducir su déficit y liberalizar sus mercados de bienes y servicios, laboral y financiero. Las consecuencias de esas medidas se percibirán «a medio plazo», dice.

A nivel global, el informe anuncia un nivel de innovación «excelente» y entornos institucionales que favorecen la competitividad de los países. En Europa, señala a España (35), Italia (49), Portugal (51) y Grecia (91) como los países que corren más riesgos de quedar descolgados de las mejoras, debido a la crisis de la deuda soberana que llegó a poner en cuestión la supervivencia de euro como divisa común. China (29) se mantiene como líder de los países emergentes por delante de Sudáfrica (53), Brasil (56), India (60) y Rusia (64). América Latina es la región con más problemas, pues «sigue afectada por un funcionamiento institucional débil, infraestructuras deficientes e ineficiencias en la asignación de los factores de producción», afirmó el FEM en un comunicado.